El Tribunal Supremo ha rebajado en seis meses la condena por un delito de asesinato en grado de tentativa al guardia civil que intentó matar en Huesca a un compañero, cuando paseaba a su perro acompañado de su hija. El suceso ocurrió en 2020, cuando el agresor asestó 13 puñaladas a la víctima y también atacó a la niña, cuando trató de defender a su padre.
La Audiencia Provincial de Huesca dictó una pena de diez años y nueve meses, por tentativa de asesinato con alevosía y ensañamiento al padre, de 51 años, y lesiones agravadas a la hija, de 16, pero se tuvo en cuenta la eximente incompleta de alteración psíquica.
Esta condena, que fue ratificada en su día por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, ha sido ahora rebajada por el Supremo a 10 años y 3 meses de cárcel, al retirar la agravante de alevosía del delito de lesiones. Sí que mantiene las órdenes de alejamiento de 19 años del compañero y de 6 años de la hija, y las indemnizaciones para cada uno de ellos de 150.000 y 40.000 euros, respectivamente.
El suceso, que causó una gran consternación en Huesca, se produjo el 2 de mayo de 2020, el primer día que se permitió a los ciudadanos salir a la calle tras los iniciales momentos de la pandemia por el coronavirus. El agresor, según los hechos probados, padecía un trastorno delirante, que le hacía imaginar que era perseguido por el cuerpo policial en el que había prestado servicios, y proyectaba sobre la víctima sus ideas imaginarias de persecución.