Acerca del origen de Cristóbal Colón

En la tumba de Sevilla no estaba completo todo el esqueleto de Colón

Pedro Cuesta Escudero, autor de Colón y sus enigmas y de Mallorca patria de Colom
12 de Agosto de 2022
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Cristóbal Colon.
Cristóbal Colon.

Las ocasiones se presentan únicas. Y si se dejan pasar quizás  ya no se muestren otras oportunidades. Gracias al profesor de Historia del IES Virgen de la Nieves de Granada Marcial Castro que tuvo la intuición de que se podían desvelar muchos de los enigmas que envuelven la figura de Cristóbal Colón y también la suerte de encontrar la buena voluntad y con autoridad científica del catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada el Dr. D. José Antonio Lorente que se prestó y se presta a hacer los pertinentes análisis genéticos a través del ADN, cuyos resultados son concluyentes. Pero para que estos resultados sean incontrovertibles se han de analizar las muestras genéticas adecuadas. Y este es un problema que hemos de resolver convenientemente. Porque otras oportunidades como éstas es difícil que vuelvan a presentarse.

Los restos de Colón

El primer escollo que el Dr. Lorente ha resuelto satisfactoriamente ha sido que las muestras óseas del cadáver de Don Cristóbal Colom, que ahora tiene guardadas en la sala blindada de la universidad de Granada, son las genuinas del primer Almirante de la Mar Océano. La  autenticidad de esos restos de Colom constituía uno de los primeros enigmas que envolvían la figura del Descubridor, ya que dichos restos pasaron por muchas vicisitudes. Colón murió el 20 de mayo de 1506 y fue enterrado en la capilla de los condes de Cabra, en el convento de San Francisco de Valladolid (hoy desparecido) En 1509 su hijo Diego mandó trasladar los restos de su padre al monasterio de Santa María de las Cuevas, más conocido como la Cartuja de Sevilla, probablemente por el cariño que sentía Colom a ese lugar. Como en su testamento Don Cristóbal había dejado constancia de su deseo de ser sepultado en las tierras descubiertas la viuda de Don Diego, Dª. María Álvarez de Toledo y Rojas, traslada los restos de su marido y de su suegro a la isla La Española, siendo inhumados en la catedral de Santo Domingo. Pero cuando Francia, según el Tratado de Basilea del 22 de julio de 1795 quedó dueña absoluta de toda la isla, los restos del Almirante son trasladados a la catedral de La Habana. Y al independizarse Cuba en 1898 esos restos de Colom son traídos a España. Hubo un debate sobre dónde colocarlos. Se pensó en situarlos junto al sepulcro de los Reyes Católicos en Granada, en llevarlos a Huelva, al Monasterio de la Rábida, a la mezquita de Córdoba o al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando. Sin embargo, la decisión la tomó el descendiente de Colom, el duque de Veragua, que dijo que debían de reposar en la Catedral de Sevilla.

Pero la controversia surge cuando al hacer obras en la vieja catedral de Santo Domingo se encuentran una caja en una bóveda y se convoca al arzobispo, al cónsul de Italia, al ministro de Interior, al clérigo encargado de las obras, Francisco Javier Billini y Hernández y al ingeniero Castillo. Cuando se quitó el cascajo que envolvía a la caja se pudo leer De la A Per. Ate., y en los lados las letras C, C y A. En la parte interior de la misma tapa, cincelado en caracteres góticos alemanes, ponía Yllustre y Esdo. Varón D. Cristóbal Colón. Se mandaron comunicados a los jefes de Estado europeos y americanos, a algunos historiadores y a la Sociedad Ligur de Historia Patria de Génova. Tras ser analizados los huesos el Ministro de Justicia recogió las cenizas que se habían desprendido de estos durante la clasificación y se las entregó, con la aprobación de todos, al cónsul de Italia, Luis Cambiaso. Se llevaron luego a la Sociedad Ligur y se hizo un acto en que se entregó a todos los participantes una parte de las cenizas y hasta el papa León XIII recibió las suyas. En 1948 se empezó a construir un faraónico mausoleo para albergar la caja con los restos de Colón, aunque no logró terminarse hasta que, por empeño personal del presidente Joaquín Balaguer que invierte ingentes cantidades de dinero, se finalizó en 1992. El monumento recibe el nombre de Faro a Colón. Es un monumento en forma de cruz (recordando la cristianización de las Américas) que mide aproximadamente 800 metros de largo por 36,5 metros de alto. Cuando el faro está encendido, proyecta una luz en forma de cruz hacia el cielo nocturno. Dicha luz puede verse a aproximadamente 64 kilómetros de distancia. El faro se inauguró el 6 de octubre de 1992.

En España se duda de este hallazgo, ya que se sostiene que el traslado en 1795 se había realizado con todas las garantías. Desde la Real Academia de la Historia se tomó el asunto muy en serio. Existe un documento sin fechar escrito en Madrid titulado Synodo diocesando del Arzobispado de Santo Domingo donde dice que, junto a la caja de plomo con los restos de Don Luis, se encontraba otra caja de plomo con los restos de su hermano Cristóbal Colón y Toledo. Ciertamente, Don Luis, nieto del almirante Cristóbal Colom, tenía un hermano llamado Cristóbal Colón y Toledo que fue sepultado en la Catedral de Santo Domingo.

Con un análisis de ADN se podía resolver este enigma. Fue lo que le comentó Marcel Castro al Dr. Lorente. Gracias a un permiso excepcional, el Dr. Lorente consiguió en 2003 exhumar los restos mortales de Cristóbal Colón custodiados en la catedral de Sevilla. La investigación genética se ha tenido que centrar en escasos restos (como mucho un 20 o 30% del esqueleto) contrastándolos con el ADN mitocondrial (el procedente de la madre) de los restos de Diego Colón, hermano del descubridor, custodiados en la Cartuja de Sevilla y se observó que tienen una absoluta identidad, aunque los cromosomas Y resultaron diferentes, lo que nos indica que son hermanos por parte de madre. Demuestra también que los restos que hay en la catedral de Sevilla corresponden a Cristóbal Colom y que el apellido Colom procede por parte materna. Por otra parte al contrastar el cromosoma Y de Hernando Colom  y el cromosoma Y de Cristóbal Colom resultaron idénticos, por lo que se puso de manifiesto que Cristóbal Colom es el padre de Hernando Colom, quedando demostrada la autenticidad de los restos de Colom enterrados en la catedral de Sevilla. En Santo Domingo se han negado rotundamente a que se analicen los restos a través del ADN. Se debe tener miedo que los restos que creen poseer de Colom den negativo. Supondría un grave quebranto económico después de la inversión que se hizo en el mausoleo para atraer a los turistas. También pueden ser restos del mismo Colom, pues hemos de tener en cuenta que para evitar la irreparable pérdida  por asalto de piratas o por hundimiento del barco por alguna tormenta, no se solía embarcar completos los cadáveres cuando tenían que ser traslados por mar. Es por ello que los restos que hay de Colón en Santo Domingo también pueden ser auténticos. Al fin y al cabo en la tumba de Sevilla, como hemos visto, no estaba completo todo el esqueleto de Colom.

El descubridor de América no era genovés

En Cristóbal Colom se observa un hecho incontrovertible: no sabía italiano y sus manuscritos están expresados, sin embargo, en castellano con una impecable caligrafía. Ya sabía castellano cuando se instaló en Portugal. Es insólito que un italiano dominara la lengua castellana y no la italiana. Prueba de que Colom no conocía la lengua italiana es la carta que le envía el 22 de diciembre de 1504 a micer Juan Luis de Génova en castellano, a sabiendas que el genovés no  dominaba este idioma; entonces  Colom suplica a Nicolás Odérico, embajador en la corte de los Reyes Católicos, para que le sirviera de intérprete de la correspondencia que le adjunta de Juan Luis. Pasa lo mismo cuando escribe al banco San Giorgio, que lo hace en castellano, a pesar que los del banco no sabían ni leer ni escribir dicha lengua.

Hay razones sociológicas, culturales y lingüísticas para sospechar que el genovés Cristóforo Colombo no pudo ser el Cristóbal Colom que descubrió América. El tabernero o cardador de lana que dejó Génova con más de 20 años, difícilmente podría conocer el arte de navegar y poseer la cultura científica y humanística que demostró Colom. En aquella época los marineros necesitaban toda una vida para formarse; entraban de grumete y aprendían oralmente las lecciones de los viejos marinos y observando directamente los misterios del mar y del firmamento en el curso de los años. Colom ya sabía manejar desde muy joven los instrumentos náuticos como la brújula, el astrolabio, las cartas de marear, etc.

El origen humilde que la teoría genovesa le atribuye, artesano de un taller de lana, hace difícil entender que, en una época en el que el analfabetismo entre las clases humildes era la regla, Cristóforo Colombo tuviera unos conocimientos científicos, humanísticos y de idiomas que aún en nuestros días serían excepcionales. El descubridor de América hablaba el catalán, el castellano, algo de portugués y traducía el latín y el hebreo. Su esmerada educación se puede deducir por su soltura en el manejo del latín y la fluidez de su caligrafía. Era mucho más culto de lo que se suele admitir y se le puede considerar como un verdadero humanista. Sorprende la cultura literaria que tenía para ser solo un hombre de mar y no de iglesia. Y los conocimientos de aritmética, geometría, astronomía y cartografía que poseía no son fáciles de asimilar mediante autoaprendizaje. Una prueba de sus conocimientos es que pudo predecir con precisión un eclipse de luna, o el importante descubrimiento que hizo de la variación magnética. Colom afirmaba que el mundo, tierra y agua, es esférico, pero en forma de pera, quedando el pezón sobre la línea equinoccial. Cuatrocientos setenta años después el satélite estadounidense Vanguard I confirma esta observación de Colom.

Si Colom era genovés, ¿por qué ofreció su proyecto de viaje a Portugal, a Inglaterra, a Francia y a Castilla y no lo brindó a la República de Génova, que es la que contaba con las flotas más importantes de la época? Si Colom hubiera tenido alguna relación con Génova, especialmente de familia, sus hechos hubieran sido conocidos y comentados en dicha ciudad. ¿Por qué Colom no hizo nada por su padre que, según la tesis genovesa, murió a la edad de 81 años en la miseria y cargado de deudas? Bien conocida es, sin embargo, la preocupación de Colom por sus hermanos Bartomeu y Diego, hasta el punto de ser acusado de nepotismo. En la felicitación que, a través de los embajadores genoveses Francesco Marchesi y Giovanni Antonio Grimaldi, hace la Señoría de Génova a los Reyes Católicos en mayo de 1493 sobre los descubrimientos de Colom, no existe alusión alguna al Colombo genovés. Uberto Fogliatta  en su libro Della República di Génova no menciona a Colombo en la lista de los capitanes de mar genoveses famosos. Aunque a decir verdad, los cronistas y escritores italianos coetáneos de Cristóbal Colom no lo consideran italiano. Sabelico, Foresti de Bérgamo, Albertoni, Carboni, Pirelli no aprecian a Colom ni genovés ni italiano. Toscanelli y Serpa Pinto lo suponen portugués. Giacomo Trotto o el mismo papa Alejandro VI llaman a Cristóbal Colom “dilecto hijo de España”. Ningún documento oficial del reino de Castilla dice que Colom fuera genovés. Cristóbal Colom nunca se naturalizó castellano, porque era miembro de la Casa de Trastámara. No es el caso de otros personajes extranjeros que se afincan en Castilla y se nacionalizan como Berardi o Amérigo Vespuccio. En las cartas de naturalización siempre viene citado su lugar de nacimiento.

“Don Fernando y Dª Ysabel(…) Por quanto vos Juanoto Berardi florentín, estante en nuestros reynos, nos hisistes relación por vuestra petición diciendo que vos soys natural de la cibdad de Florencia, e ha diez años e más tiempo que estays en estos nuestros reynos y quereys venir a morar en ellos e ser nuestro natural dellos e nos suplicastes e pedistes por merçed que vos hiziesemos natural destos nuestros reynos, para que pudiesedes gozar de todas las gracias, franquezas, libertades, esençiones, preeminencias e prerrogativas de que gozan y pueden gozar los nuestros súbditos e naturales…”.

 A poco que se conozca la organización social del siglo XV, con la diferencia de clases que había, se comprenderá que un aventurero genovés, hijo de un tejedor, jamás se hubiera podido casar con la aristócrata Felipa Monis de Perestrello, emparentada con la casa real de Braganza. Además, para que ella pudiera casarse necesitaba la autorización del maestre de la Orden militar de Santiago, que era el príncipe portugués, el futuro rey Juan II.

Teorías sobre el origen de Colom

Debería ser una realidad que, tras casi dos siglos de estudios de todo tipo sobre la biografía de Colom, el tema relacionado con este personaje debería estar ya completamente resuelto y, sin embargo, no es así. Teniendo los auténticos restos de Colom se puede abordar la resolución de otro de los grandes enigmas que envuelven la figura de Cristóbal Colom como es ubicar su origen. ¿Dónde nació Cristóbal Colom y quiénes fueron sus padres? Mientras no haya una demostración tangible que se consigue a través de la prueba del ADN oficialmente se seguirá admitiendo que el descubridor de América era genovés. Es por ello que para saber el origen de Colom el doctor Lorente ha puesto en marcha una segunda parte de sus investigaciones. Para averiguar el origen de Colom se ha recogido el ADN a 477 personas de apellidos Colom de la zona de Cataluña, Valencia, Baleares y sur de Francia, así como el apellido Colombo de la región de Liguria y Lombardía en Italia y el de Colón en Galicia, Portugal y Castilla.  Con ello se pretende encontrar una posible relación entre el ADN del descubridor y descendientes colaterales que habitan en esas zonas, siempre y cuando el apellido Colón, Colom o Colombo le viniera al descubridor por vía paterna. Pero si el apellido lo toma por vía materna esa línea de investigación no llega a conclusión alguna. Pero a la espera de mayores avances en la ciencia genética el Dr. Lorente tomó la decisión de parar el estudio. “Tras tener acceso a los restos óseos de los personajes mencionados – explica- , lo primero que encontramos era que tanto la cantidad de material accesible como, sobre todo, la calidad del mismo era muy mala. La primera parte de la investigación se pudo hacer porque exigía una técnica más básica que las que se han de tratar para saber algo del origen de los restos. Aun así, se utilizó una cantidad de material (fragmento de hueso) muy grande y ese fue el momento (2005) en que decidí, como director y coordinador, parar la investigación. Y lo hice porque había técnicas buenas, pero poco eficientes, y corríamos el riesgo de quedarnos sin fragmentos de hueso para posteriores estudios”.  Y el Dr. Lorente marchó a EE.UU. para aprender los nuevos adelantos que se realizaron en este campo de la genética a partir del hundimiento de las Torres Gemelas.

Hace unas fechas (en el 2022) el equipo del Dr. Lorente tuvo un encuentro en Granada con representantes de diversas teorías sobre la procedencia de Cristóbal Colom para indicar que reanudaba las investigaciones a través del ADN. Hubo el  compromiso de enviarle muestras genéticas para que sean cotejadas a través del ADN con los restos de Colom. Los especialistas italianos, convencidos de que Colom era genovés, piensan que será una pérdida inútil de tiempo. Además no cuentan con ningún pariente para enviarle una muestra genética. Este enigma podría quedar resuelto el próximo octubre (el día 12) gracias a la tecnología genética más avanzada. El laboratorio granadino requerirá la colaboración de Florencia, Roma, Texas y Méjico para determinar el lugar de nacimiento tras el  análisis genético de los huesos del navegante comparándolo con los de sus posibles progenitores o descendientes. Esta investigación será convertida en película documental y una miniserie  por RTVE en colaboración con Story Producciones y la UGR y la Universidad de Granada y cuyo estreno está previsto  en torno al 12 de octubre de 2022. Estamos ante un momento histórico, pero si los trabajos que se llevarán a cabo no dan resultado positivo por la razón que sea, nos veremos abocados a tener que seguir aceptando la tesis genovesa como única solución, a pesar de ser descartada por razones históricas de peso.

La teoría gallega fue la primera que se levantó en 1898 contra el origen genovés de Colom por Celso García de la Riga, pues el Descubridor de América hablaba un castellano aprendido salpicado de extranjerismos que se suponían de origen gallego o portugués. Escribió la obra Colón español. Su origen y patria (Madrid, 1914), que dio lugar a una ruidosa polémica. Ahora los defensores de esta teoría presentan los restos de Juan Fernández de Sotomayor, obispo de Tuy, para ser cotejado su ADN con el de Colom. El peruano Luis De Ulloa Cisneros se interesó por la tesis de Celso García de la Riga o del Colón gallego, pues el Descubridor de América hablaba un castellano aprendido salpicado de extranjerismos que se suponían de origen gallego o portugués. Pero, para su sorpresa, se topó con el Colom catalán al observar los catalanismos que hay en su léxico castellano. Hasta más de mil palabras han contabilizado en los análisis lexicográficos realizados mediante métodos informáticos en la Universidad de Pompeu i Fabra, como fornero, ventar, acostar, meitat, fusta, vegadas, bojar, ampolleta, bruma, tonina, farallón… En su sintaxis también podemos encontrar algunas construcciones catalanas como por menudo, una adaptación a la locución catalana per menut. Hay palabras que son de uso mallorquín como cans (perros) frente al catalán gossos;  Almirant, como firmaba Colom, y en catalán es almirall; Margalida, en catalán Margarida. La isla Margarita que hay frente a las costas de Venezuela Colom la había bautizado Margalida (nombre de su madre mallorquina), como podemos observar en el mapa de Juan de la Cosa, copia de uno de Colom, y que se conserva en el Museo Marítimo de Madrid.

La catedrática estadounidense Dra. Estelle Irizarry en su libro editado en 2009 El ADN de los escritos de Cristóbal Colón nos muestra un Cristóbal Colom culto y con gran riqueza de argumentos. Demuestra la idiosincrasia del Almirante analizando su vocabulario, su sintaxis y sus sistemas de puntuación, como la vírgula, que no se usaba en Castilla, sino en tierras de habla catalana y llega a la conclusión que su lengua vehicular es el castellano, pero su lengua materna era el catalán. El también estadounidense Charles J. Merrill en sus libros Colom, 500 anyns enganyats  y  Per qué s’amaga l’origen catalá del descubridor d’Amèrica  habla de la catalanidad de Colom. Merrill, experto en literatura medieval catalana, ha recopilado durante más de 20 años información para presentar ordenadamente todas las teorías sobre el origen del descubridor de América y llega a la conclusión que, desde el punto de vista cultural, era catalán. Gabriel Roura, archivero de la catedral de Girona y especialista en escritura medieval, al hacer un análisis grafológico de las cartas de Colom afirma: “La escritura del navegante en castellano muestra una clara influencia del catalán; además, quien escribió estas cartas es un hombre con una alta educación que utiliza la letra gótica cursiva catalana con gran precisión”.

Hay otra teoría, defendida por el profesor Sanz Núñez y otros, en la que se manifiesta que Colom era hijo de Aldonza de Mendoza, duquesa de Arjona y de Diego Gómez Manrique, conde de Treviño. Su hipótesis es que se llamaba Cristóbal Colón Terra Rubra. Rubra en latín es espina, es decir de la tierra de las espinas, que significaría que era natural de Espinosa de Henares (Guadalajara) Además el navegante firmaba S/S.A.S/X.M.Y., que se puede interpretar como “soy sucesor de Aldonza Mendoza. Xristóbal Mendoza yo”. Se aportan los restos de Mendoza, que se conservan en Cogolludo (Guadalajara) Frente a las numerosas crónicas que tildan a Colom de extranjero el profesor Sanz Núñez opina que Colón no es que no fuera español, sino que sufría dislalia, un trastorno en la pronunciación que le hacía parecer extranjero.

Hemos de tener en cuenta que la unión de las dos Coronas (Castilla y Aragón) con los Reyes Católicos fue estrictamente dinástica. Los dos estados mantenían sus leyes, impuestos e instituciones de gobierno y los aragoneses y catalanes eran considerados extranjeros en Castilla y viceversa. No vale con decir que era español, en aquella época Colom y sus hermanos eran extranjeros en Castilla como lo demuestra que Diego Colom hubo de naturalizarse castellano para obtener un obispado.

“Don Fernando e doña Isabel, por la gracia de Dios, etc.: por hacer bien e merced a vos D. Diego Colón, Hermano del Almirante D. Cristóbal Colón, e acatando vuestra fidelidad e leales servicios que nos habéis fecho, e esperamos que nos fareis de aquí en adelante por la presente vos facemos natural de nuestros Reinos de Castilla e de León, para que podáis haber e hayáis cualesquier dignidades e beneficios eclesiásticos que vos fueran dados e podáis gozar r gocéis de todas las honras e gracias e mercedes e franquezas e libertades, e exenciones e prerrogativas e inmunidades…”

Aquí no viene el lugar de nacimiento por imposición de Fernando el Católico que no quería que se supiera donde nacieron los Colom, ya que él fue quien hizo propagar la idea de que Colom era genovés. Tenía miedo a que se descubriera que era hijo de su hermano el Príncipe de Viana y se diera otra sublevación en Cataluña y una costosa guerra como la que hubo tras la misteriosa muerte de D. Carlos. Pedro Mártir de Anglería, presionado por el rey Fernando el Católico, fue el que lanzó la idea que Colom era ligur. Sin embargo, le confesó al marqués de Borromeo que Joan (después Cristóbal) Colom era natural de Mallorca, como queda acreditado en el documento Borromeo.

Hay dos teorías portuguesas: Antonio Mattos sostiene que el marino era hijo bastardo de Leonor de Avis, princesa de Portugal, pero que tuvo que ocultar su alumbramiento para poder casarse con el emperador Maximiliano. Fernando Branco dice que Colón era un corsario portugués y que al  firmar con el apellido de Terra Rubra confirma su origen en Coimbra (Portugal), donde se halla el Monte Rubra. ¿Cómo se explica, entonces, que al pasar Colom en 1484 a Castilla repentinamente empezara a hablar y escribir con cierta elegancia el castellano? Cuando se apuntan cosas personales, como son las anotaciones en el margen de los libros, tan usual en Colom, sólo lo hace en castellano o en latín. Las cartas que se escriben los hermanos Colom están redactadas en castellano. No se ha encontrado ninguna carta escrita por Colom ni en italiano, ni en portugués.

El médico navarro José María Ercilla asegura que Colón era agote, una minoría del norte de Navarra y que en América hay más de cien topónimos vascos y que las diez personas más cercanas al descubridor siempre eran vasco-navarros. Lo del apellido Terra Rubra lo soluciona recordando que Ainza, el supuesto pueblo natal, está dentro de la comarca de Biagorri, que en eusquera significa tierra roja. Aporta para cotejarlo con los restos de Colom un antígeno específico.

Francesc Albardaner i Llorens, presidente del Centre d’Estudis Colombis, que el 1 de octubre de 2016  presentó un ensayo titulado “Cristòfor Colom, una identitat dual: ciutadà de València i genovés de nació”. Explica que Barcelona, a causa de la guerra civil en tiempos de Juan II se deprime y coge el relevo Valencia que se convierte en un polo económico, comercial e industrial de primer orden en el Mediterráneo occidental, lo que comporta la presencia en la ciudad de numerosas colonias de extranjeros, destacando la de los genoveses, que llegaron a tener una cofradía propia. Los tejedores de seda, que tenían un importante peso dentro de la colonia, se integraban con facilidad en la sociedad valenciana al casarse con chicas del país. Los descendientes de estos matrimonios continuaban teniendo la consideración de “genoveses de nación”, aunque eran plenamente ciudadanos valencianos. Dice que Cristóbal Colom era un ciudadano valenciano de éstos, porque pondera de tal manera la huerta valenciana que solo la puede describir el que haya vivido en ella. Cuando explora la isla La Española escribe:” … que lugar ay aquí para ser hazer cañaverales, para hacer un cuento de quintales de açucar cada año; otros tantos de algodón mui finísimo, y no menos de arroz, si aquí estuvieran los labradores de Valencia!” Con este tenor encontramos muchas citas en las cartas recogidas en el denominado “Libro Copiador”. Claro que estas cartas tienen fecha posterior a 1494. No olvidemos, que después de su primer viaje descubridor, Colom con toda su comitiva atraviesa a pie los campos y tierras valencianos para encontrarse con los Reyes en Barcelona, y no hace falta haber vivido en Valencia para hacerse sobrada idea de la riqueza y fertilidad de las  huertas. Es cierto que Valencia adquirió tal auge que atrajo inmigrantes extranjeros como genoveses, pero también de otros lugares, como pudo ser de Mallorca. Pensamos que Margalida, la madre de Cristóbal Colom, hubo de pasar por momentos económicos muy apurados tras el acoso que sufrió por parte de las autoridades, ya que dos hermanos suyos y dos de sus hijos, Cristóbal y Bartomeu, se habían hecho corsarios de los enemigos del  rey Juan II de la Corona de Aragón. No es de extrañar que Diego Colom emigrara a Valencia y trabajara de tejedor de la seda. Se sumó a la caravana cuando su hermano pasó por Valencia y marchó con él en el segundo viaje. No nos debe llamar la atención que Bobadilla recogiera el testimonio de los enemigos de los Colom y acusaran a Diego Colom de baja extracción social por haber sido un vulgar tejedor de seda, a fin de menoscabar el prestigio de los Colom que gobernaban la isla La Española, como explica Consuelo Varela en su libro  “La caída de Cristóbal Colón. El juicio de Bobadilla”. Albardaner alega que Cristóbal Colom fue almirante del reino de Castilla porque era súbdito natural de Fernando el Católico. No estamos de acuerdo porque los Reyes Católicos habían ratificado en 1476 las leyes dadas en 1377, 1379, 1401 y 1473 por sus antecesores de que para obtener prelacías, dignidades y beneficios del reino de Castilla habían de ser naturales de dicho reino. Sabemos que al valenciano Rodrigo Borja (el futuro papa Alejandro VI) no se le concedió el arzobispado de Sevilla por ser extranjero en Castilla. Y Rodrigo Borja también era súbdito natural de Fernando el Católico y además, los Reyes Católicos le estaban muy agradecidos por, entre otros favores, haberles facilitado la bula que permitía que, siendo primos, validaba su matrimonio. Si Isabel y Fernando nombraron a Cristóbal Colom Almirante de la Mar Océano, Virrey y Gobernador de las tierras descubiertas y le conceden el título de Don es porque lo consideran de su misma familia, de la Casa real de Trastamara.

Albardaner explica que la madre de los Colom era judía y fue relajada y de ahí la reticencia del Vaticano a mostrar los documentos relativos a Colom que fueron recopilados cuando se le quería beatificar y al comprobar que su madre había sido quemada viva por la Inquisición los archivaron en el romano Palacio de San Calixto de Trastevere con la orden de no dejarlos ver nunca.

Teoría mallorquina

Nuestra teoría es que Cristóbal Colom era hijo del príncipe de Viana y de Margalida Colom y nació en Felanitx (Mallorca). Como el monasterio de Poblet, el cementerio de los reyes y príncipes de la Corona de Aragón, donde está enterrado el Príncipe de Viana, fue profanado y mezclados los restos de los finados por los ladrones de tumbas tras las desamortizaciones de Mendizábal, no se puede hacer ningún estudio de ADN fiable ni del Príncipe, ni tampoco de su padre Juan II, ni de su tío Alfonso V el Magnánimo, ni de su abuelo Fernando I de Antequera, allí enterrados también. Ya lo comprobó el Dr. Lorente al analizar la tumba del Príncipe de Viana donde encontró tres tibias, dos espinas dorsales y huesos de cuatro difuntos diferentes. Recurrió al ADN mitocondrial de Doña Blanca de Navarra, que era la madre de D. Carlos, el Príncipe de Viana, para comprobar si los restos óseos que hay en  su tumba de Poblet son los de su hijo. Pero se puso de manifiesto que no encajan con la momia que se presumía de Príncipe de Viana. Todas las secuencias de ADN mitocondrial pertenecen a individuos distintos.

Antes de las desamortizaciones de Mendizábal en 1836 ya las tropas napoleónicas habían hecho un expolio sin control de nuestro patrimonio artístico en muchas catedrales, lo que hace muy difícil encontrar restos adecuados para ser analizados a través de ADN. Nos podría servir el ADN de Fernando el Católico, hermano por parte de padre del Príncipe de Viana, que está enterrado en la Capilla Real de la catedral de Granada. Los féretros de la reina Isabel y de su esposo Fernando el Católico se encuentran en una cripta de fácil acceso para los numerosos turistas que van a visitarlos. Se nos negó sin ninguna explicación la obtención de una muestra genética para cotejarla con los restos de Colom. Sabemos que por Granada pasaron las tropas napoleónicas, al igual que por el monasterio de Santo Tomás de Ávila, que saquearon la tumba donde se enterró al príncipe Juan, el hijo de los Reyes Católicos, y, quizás, se tenga miedo a que los féretros estén vacíos, lo que podría repercutir en la afluencia de turistas.  

Hemos pensado en los dos hijos varones del Príncipe de Viana. El mayor, Felipe de Navarra y Aragón, conde de Beaufort y que fue nombrado maestre de la orden de Montesa. En la toma de Baza murió y fue enterrado en el convento de la orden de Montesa. Pero, como se sabe, un terremoto que hubo en 1748, destruyó la fortaleza y desapareció la tumba. Juan de Navarra y Aragón, otro hijo también bastardo del Príncipe de Viana, está enterrado en el presbiterio de la catedral de Huesca, pero en 1970 se procedió a poner un nuevo suelo a la catedral y la tumba quedó sepultada bajo una gruesa capa de hormigón que hace muy costosa la extracción de una muestra genética. Además no sabemos si las tropas napoleónicas ya la habían expoliado, como hemos podido comprobar en la catedral de Tarragona con la tumba del arzobispo Alonso de Aragón, primo según nuestra teoría de Colom, que la encontramos vacía. Lo mismo nos ha ocurrido con el sepulcro de Juan de Aragón, conde de Ribagorza, en el monasterio de Montserrat, que también fue saqueada por las tropas francesas.

Tenemos la suerte de que el cromosoma Y se hereda por vía masculina y los Trastamara de Aragón al resultar muy fecundos hace que aún podamos encontrar muestras para el análisis que solicita el Dr. Lorente. El ducado de Villahermosa fue creado por el rey Juan II de Aragón para reconocer los méritos militares de su hijo Alonso, habido con Leonor de Escobar fuera del matrimonio. A Alonso de Aragón también se le otorgó el condado de Ribagorza. Una línea de actuación es la saga de los duques de Villahermosa, ya que el título pasa de padre a hijo por vía masculina. Hemos escogido al V duque D. Fernando de Gurrea y Aragón, ya que tenemos la certeza que está enterrado en monasterio de Veruela. Tenemos todos los permisos y un día de este mes de agosto iremos a extraerle una muestra ósea para entregarla al Dr. Lorente.

De todas formas mantengo mis reservas, pues las muestras óseas de los enterrados en Veruela, esencialmente de Fernando de Gurrea y Aragón, el 5º duque de Villahermosa, no son muy fiables, ya que el monasterio, como todos los monasterios, fue abandonado tras las desamortizaciones de Mendizábal en 1836, quedando al albur de los ladrones de tumbas. Si antes no habían sido saqueados por las tropas napoleónicas como ocurrió en la catedral de Tarragona o en Montserrat. Hemos recogido algunos testimonios que así lo acreditan. "A testigos supervivientes de las profanaciones de la sagrada cripta hemos oído referir, que, abierta violentamente por las turbas, bajaban a ellas hombres y mujeres, chiquillos y chiquillas, y salían llevando como trofeo, quien arreos militares, quien ropas y sortijas; y cuando no halló más su codicia, sacaron los huesos y los esparcieron por la iglesia y por el claustro".

"Lo más urgente de la restauración era sin duda lo de los sepulcros y enterramientos (...) nuestros antepasados, reyes, príncipes,, ricos-hombres, abades, religiosos y caballeros nobiliarios que escogieron el monasterio de Veruela para descansar (...) con la barbarie del siglo XIX se vino a turbar la paz de sus sepulcros y profanó sacrílegamente sus mortales restos (...)  Después de la exclaustración, cuando los monjes habían abandonado el monasterio (el de Veruela) fue objeto de la más horrible profanación (...) Un corral, Padre, un corral, había un granero, altares rotos, estatuas destrozadas, huesos esparcidos(...)  cuadro repugnante que ofrecía el presbiterio y el claustro, cubierto de los despojos mortales extraídos de las sepulturas (...) Traslado (el duque) a Veruela inmediatamente; llamó a Antonio Aznar, el albañil, para que recogiera los despojos(...)”.

Habida cuenta que la teoría que defendemos depende de unos restos, si no corresponden  con los parientes más o menos lejanos, el análisis saldrá negativo, como ocurriría si se cotejaran los restos enterrados en las tumbas de Poblet. ¡Y ya no hay posibilidad de volver a empezar, pues el tren pasa una sola vez!

Sólo nos quedan con garantías las tumbas de la catedral de Zaragoza de los arzobispos de la Casa Real, donde no hubo ni desamortización ni invasión de nadie. Sin embargo dentro de la catedral de San Salvador (que no fue desamortizada ni entraron las tropas napoleónicas para saquearla) apenas hay lugar que no evoque el nombre de los arzobispos de la Casa Real, verdaderos mecenas de la catedral zaragozana. Juan I de Aragón arzobispo-administrador de la archidiócesis de Zaragoza, hijo no legítimo del rey Juan II. Su sepulcro gótico está ubicado en el presbiterio de la Seo, adosado al muro que se abre en el lado del Evangelio. Alonso de Aragón hijo natural del futuro rey Fernando el Católico y la noble catalana Aldonza Roig, tomó posesión del arzobispado de Zaragoza en 1478, en calidad de administrador por tener sólo nueve años cuando fue designado por el papa Sixto IV, ante la insistencia del rey de Aragón Juan II y de su hijo el príncipe don Fernando. Juan II de Aragón hijo de don Alonso de Aragón y de Ana de Gurrea, sucedió a su progenitor en el cargo de la archidiócesis de Zaragoza, aunque al ser sólo diácono sólo se tituló administrador del arzobispado y Hernando de Aragón,  último arzobispo y el más ilustre de los infantes reales que rigieron la sede cesaraugustana. Era hijo de don Alonso de Aragón y de doña Ana Gurrea y biznieto del rey Juan II. Sus restos y los de su madre reposan en sendos sepulcros debajo de un retablo, de la capilla de San Bernardo, de la catedral zaragozana de San Salvador.

En 1994 el arqueólogo José Antonio Royo Guillén levantó su tumba donde, entre otros objetos, encontró su báculo que está en el museo de la catedral. Me aseguró por teléfono que sus restos óseos se encuentran intactos en su tumba. No sabemos por qué razón pero el Cabildo Metropolitano de Zaragoza no nos ha dado permiso para extraer una muestra genética.

 

 

           

 

 

 

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