La Muestra de Circo Internacional ha permitido a Grañén disfrutar de un día lleno de fantasía y peripecias imposibles, de humor y de arte para cerrar el Rural Circus Lab en el que durante dos semanas artistas de varios países han compartido conocimientos, experiencias, técnicas y habilidades adquiridas durante las prácticas circenses. A este fin han contribuido las instalaciones de Artmósfera, con su disponibilidad de todo el material preciso para compaginar todas las disciplinas: diábolos, pelotas, platos chinos, devil stick, cariocas; equilibrios en el cable, zancos y juegos de puntería.
Tal y como han señalado sus organizadores, han sido dos bonitas semanas de trabajo con presencia de artistas de varios países, "sus caras no son muy de aquí. Y vienen con muchos conocimientos potentes e increíbles para comunicarse de una manera horizontal".
En Artmósfera se vive el arte y la cultura en un entorno rural único para la creación, enseñanza y aprendizaje de las artes escénicas principalmente, pero abierto a cualquier disciplina. Como indican en esta iniciativa que cumple ya cinco años, "crear en el campo solo tiene ventajas. Estar alejado de las distracciones y ajetreo de la vida en la ciudad, te brinda la tranquilidad mental necesaria para concentrarte plenamente en tus proyectos. La luz, los colores, el cielo, los olores y el paisaje te inspiran y ayudan a dar nuevos enfoques a tus ideas".
Este espacio cuenta con dos salas de ensayo con espejos y puntos de anclaje para disciplinas aéreas, mástiles y colchonetas de diferentes tamaños, además de una división por columnas centrales. El equipamiento para los artistas incluye conexión para internet, equipos de sonido básicos, espejos, colchonetas… El resto, un entorno magnífico, corre a cargo del territorio.