La Prosa 2018 de Monte Odina con la que se hubiera inspirado y embebido Ramón J. Sender

La bodega de la familia Romeo presenta el primer Reserva ecológico de la DO Somontano

06 de Noviembre de 2022
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Presentación del vino Prosa 2018 de Monte Odina
Presentación del vino Prosa 2018 de Monte Odina

El 12 de septiembre de 1980, Ramón J. Sender presentó su libro Monte Odina en compañía de sus grandes amigos Genaro Poza y José Carlos Mainer en Huesca. El autor de Chalamera aseguró que el libro alojaba un buen retazo del paisaje más o menos estelar y celestial de su infancia, y algo de sus años de madurez reflexiva, que le conducían a pensar que el cometa Haley volvería pronto y les volvería a hacer "soñar, fantasear o temer". Como en 1973, con la diferencia de que España era otra y, por tanto, el mundo había cambiado.

De las fantasías de infancia de Ramón J. Sender hubiera escrito el altoaragonés quizás de manera distinta si hubiera disfrutado de Prosa 2018, el primer Reserva ecológico elaborado en la Denominacion de Origen Somontano. ¿Qué maravillas no hubiera hecho el literato oscense si se hubiera atenido a una frase que escuchó este escribano a Caballero Bonald en el sentido de que los mejores parajes de la literatura mundial han estado inspirados en los efluvios de los buenos vinos? Monte Odina es, a juicio de muchos críticos, la consagración de la plenitud de Sender.

Y Monte Odina es una magnífica bodega con el sello regeneracionista que acompaña a la familia Romeo, que por su propia genética no puede hacer las cosas si no es excelentemente, con esa inquietud que se mete entre el terroir, el viñedo, los hollejos y la sapiencia de viticultores y enólogos. En las Bodegas, se ha presentado Prosa 2018, certificado por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. El espíritu de Sender ha impregnado la esencia de la puesta de largo entre autoridades y medios de comunicación.

Jesús Navascués, el hacedor de este vino ambicioso, utiliza la Garnacha tinta, Syrah, Tempranillo y Merlot que amantísimamente le entrega en mano la finca La Sierra de Hoz de Barbastro a sus 600 metros largos de altura. Unas uvas vendimiadas en una noche prometedora de finales de septiembre de 2018. Alcanzada hasta el edificio de elaboración para que fermentara y para que reposara trece meses (o 12+1 para los supersticiosos) en robles franceses y americanos, que fueron el tránsito hasta llegar a la botella en la que, quietamente, ha descansado cuatro años. Mejorando, madurando,, perfeccionando.

Botella con el libro Monte Odina
Botella con el libro Monte Odina

 

La Garnacha tinta y el Syrah ponen el cuerpo y comparten los detalles con el Tempranillo y Merlot, minoritarios pero no testimoniales. Entre las dos primeras variedades, cincelan el 99 % de la composición (el 62 % la garnacha), y las cuatro pintan un color púrpura brillante, bien cubierto de capa, para tentar a la nariz con sus aromas limpios, con las frutas rojas y negras tan propicias en esta tierra, con sus frutas deshidratadas como el higo o la ciruela pasa, para aliviar las pituitarias con su fondo balsámico y su mineralidad. En la boca, entra como la reciedumbre de esta tierra, por derecho y firmeza, para manifestarse con equilibrio y un puntito de acidez que presagia un envejecimiento magnífico. La durabilidad que también es signo con un retrogusto largo y muy amable.

Ramón J. Sender, que era un irredento de manual, sólo hubiera puesto una duda sobre la ficha de esta Prosa 2018 gloriosa. Y es la leyenda de "beber con responsabilidad". ¿Dónde está el límite si a la tentación le acompaña el magnetismo de una elaboración sublime? La respuesta, ya que Sender se quedó en las dudas del cometa Haley, habrá de buscarla cada uno. Seguro que le surgen nuevas preguntas. La creación es así.

 

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