En su compromiso con la vigilancia y protección del medio ambiente, la Universidad de Zaragoza, el Gobierno de Aragón y el Centro Universitario de la Defensa de Zaragoza han iniciado una campaña para analizar la calidad del aire y la presencia de contaminantes atmosféricos en Torrelisa, una pequeña localidad del Sobrarbe, ubicada al pie de la Peña Montañesa, en el Pirineo aragonés. El objetivo principal de este proyecto es la caracterización de los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV’s) y el ozono troposférico, dos indicadores fundamentales para comprender el estado del aire y su impacto en los ecosistemas de montaña.
El estudio está liderado por el Grupo de Investigación de Química y Medio Ambiente (E49_23R) de la Universidad de Zaragoza, que ha desplegado en la zona una avanzada instrumentación para la recogida y análisis de muestras atmosféricas. Durante varias semanas, los investigadores examinarán los niveles de COV’s, compuestos que proceden tanto de fuentes naturales como humanas, y su relación con la formación de ozono, un contaminante cuya presencia en las capas bajas de la atmósfera puede tener efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente.
La campaña está dirigida por el profesor Jesús Anzano, catedrático de Química Analítica de la Universidad de Zaragoza, y el profesor Javier del Valle, galardonado con el Premio Medio Ambiente de Aragón, en reconocimiento a su trayectoria en geografía ambiental y conservación del territorio. Además, este trabajo forma parte de la tesis doctoral de Juan Buil-García, quien complementa esta investigación con el análisis del material particulado mediante técnicas láser en la misma zona.
Desde el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón se destaca la importancia de esta iniciativa como un avance en la vigilancia atmosférica en entornos naturales, donde los datos de este tipo son especialmente escasos y necesarios para el conocimiento científico.
La obtención de datos en un área de alta calidad ambiental como el Sobrarbe es esencial para comprender la evolución de la contaminación atmosférica en entornos rurales y de montaña. Estos estudios permiten además desarrollar modelos predictivos que ayuden a anticipar episodios de contaminación, evaluar los efectos del cambio climático y diseñar políticas más eficaces de conservación. Aunque el ozono troposférico cumple una función beneficiosa en la estratosfera como filtro frente a la radiación ultravioleta, en las capas bajas de la atmósfera se comporta como un contaminante perjudicial, capaz de afectar a la salud humana y a la biodiversidad de los ecosistemas.
El Gobierno de Aragón subraya la relevancia de estas colaboraciones científicas para fortalecer la red de vigilancia ambiental en todo el territorio y avanzar hacia el cumplimiento de los objetivos que marca la normativa europea sobre calidad del aire.
Los primeros resultados del estudio estarán disponibles en los próximos meses y serán compartidos con las administraciones locales, asociaciones medioambientales y centros educativos de la zona. Además, se contempla la posibilidad de establecer en la zona una estación de control permanente que permita realizar un seguimiento continuado de estos contaminantes en un entorno de especial sensibilidad ecológica.