El grupo de Huesca de Amnistía Internacional ha organizado, para este martes, 13 de diciembre, a las 19:00 horas, en la biblioteca del IES “Ramón y Cajal”, la presentación del caso de Julian Assange, que estará a cargo de Dani Vilaró Donat, responsable de Comunicación de Amnistía Catalunya y periodista especializado en Derechos Humanos y Cooperación al Desarrollo.
"El caso de Julian Assange es un gravísimo atentado a la libertad de prensa, un derecho básico de una ciudadanía bien informada. La libertad de prensa es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro sistema democrático", señala Amnistía Internacional Huesca, que organiza el acto en colaboración con la Universidad Ciudadana.
En opinión del colectivo, "juzgar a Assange es un claro intento de atemorizar al resto de profesionales de los medios de comunicación que denuncian y hacen públicas acciones indebidas de los gobiernos". La solicitud de extradición de Estados Unidos se basa en una serie de cargos directamente relacionados con la publicación de documentos clasificados, filtrados como parte de su trabajo con Wikileaks.
"La publicación de este tipo de información es una piedra angular de la libertad de prensa y del derecho de la ciudadanía a la información sobre las actuaciones gubernamentales. La publicación de información por interés público está protegida por el derecho internacional de los derechos humanos y no debe ser criminalizada".
Por estas razones, Amnistía Internacional "ha defendido siempre que Julian Assange debe ser puesto inmediatamente en libertad sin cargos".
EL CASO ASSANGE
Amnistía Internacional resume así este caso. Julian Assange, de 50 años y fundador de Wikileaks, está detenido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, el “Guantánamo” del Reino Unido desde 2019, tras pasar siete años refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres.
En marzo de 2022, el Tribunal Supremo del Reino Unido ordenó su extradición a Estados Unidos. En junio, la ministra de Interior del Reino Unido, Priti Patel, firmó la orden de extradición. Assange ha presentado recientemente un recurso contra Reino Unido ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Podrían condenarlo hasta 175 años de cárcel. Está acusado de divulgar documentos secretos, que entre otras cosas informaban de "posibles crímenes de guerra que cometió el ejército de EEUU". En caso de ser extraditado, correría "un riesgo real de sufrir violaciones graves de derechos humanos a causa de unas condiciones de reclusión que podrían constituir tortura y otros malos tratos", entre ellas la reclusión prolongada en régimen de aislamiento.
A esto hay que añadir que el tribunal británico informó que su estado de salud mental es frágil, valorando la existencia de riesgo de suicidio si se le entregaba a Estados Unidos.
Por otro lado, se ha sabido que la CIA consideró la posibilidad de "secuestrar o matar a Assange" mientras estaba refugiado en la embajada de Ecuador, lo que" hace dudar de los planes" que tienen para él. "Juzgarle es un claro intento de atemorizar al resto de profesionales de los medios de comunicación" que denuncian y hacen públicas acciones indebidas de los gobiernos.
La solicitud de extradición de Estados Unidos se basa en una serie de cargos directamente relacionados con la publicación de documentos clasificados filtrados como parte del trabajo de Assange con Wikileaks. "La publicación de este tipo de información es una piedra angular de la libertad de prensa y del derecho de la ciudadanía a la información sobre las actuaciones gubernamentales. La publicación de información por interés público está protegida por el derecho internacional de los derechos humanos, y no debe ser criminalizada".
El procesamiento iniciado por el gobierno estadounidense supone "una grave amenaza para la libertad de prensa", tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Gran parte de las conductas que se describen son actividades profesionales que llevan a cabo diariamente editores y profesionales del periodismo de investigación.
"Si se permite la extradición de Assange, se sentaría un precedente que supondría de hecho la criminalización de prácticas periodísticas habituales. De hecho, en un momento en que la libertad de prensa está sometida a un implacable ataque en todo el mundo, silenciarle tendría una amplia repercusión directa o indirecta sobre los periodistas, que temerían ser procesados".
Según Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, “resulta grotesco que, casi 20 años después, prácticamente ninguna persona responsable de los presuntos crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos durante las guerras de Afganistán e Irak haya rendido cuentas, y menos aún haya sido procesada y, sin embargo, un editor que sacó a la luz estos crímenes se enfrenta a una posible cadena perpetua”
“La implacable persecución de Julian Assange por el gobierno estadounidense deja ver a las claras que este procesamiento es una medida punitiva, pero además el caso presenta motivos de preocupación que van mucho más allá de la suerte de un hombre y ponen en peligro la libertad de prensa y la libertad de expresión”.
Por toda esta situación de vulneración de derechos, Amnistía Internacional solicitó a las autoridades estadounidenses que se retiren los cargos de espionaje y otros relacionados, derivados de sus actividades periodísticas y de investigación. Solicitó también a las autoridades británicas que no lo extraditen y que lo dejen en libertad de inmediato.
AMNISTÍA INTERNACIONAL
En 1961, el abogado británico Peter Benenson se indignó al enterarse de que dos estudiantes portugueses habían sido encarcelados sólo por brindar por la libertad. Escribió un artículo para el periódico “The Observer” y emprendió una campaña de increíble repercusión. Su llamada a la acción, que se reprodujo en periódicos de todo el mundo, dio origen a la idea de que las personas de todo el mundo pueden actuar de forma conjunta y solidaria en defensa de la justicia y la libertad.
Este momento de inspiración marcó el nacimiento de un movimiento global actualmente presente en más de 150 países y que cuenta con más de diez millones de miembros y simpatizantes en el mundo. En España hay más de 93.000 personas asociadas y más de 2.700 activistas repartidos en 124 agrupaciones locales o autonómicas, Amnistía Internacional Huesca entre ellas.
“Hasta que no haya sido puesto en libertad el último preso de conciencia, hasta que no haya sido cerrada la última cámara de tortura, hasta que no se haya hecho realidad para las personas del mundo la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, no habremos hecho nuestro trabajo", declaró Peter Benenson, fundador de Amnistía Internacional.