Se empiezan a acostumbrar tanto los pasajeros de la línea de AVE Sevilla-Madrid Atocha Almudena Grandes-Huesca a los retrasos, que la expresión "hoy sólo media hora" empieza a escucharse entre los pasajes cuando asoman a la Estación Intermodal. De ahí que prácticamente se consideren "noticiables" cuando superan la hora, y aun con todo escribimos muchas informaciones que rebasan ese umbral.
En un punto intermedio, la unidad de la serie 02861 ha acumulado este sábado 47 minutos de demora en su llegada a la capital oscense. Un viajero especifica a EL DIARIO DE HUESCA que ya apuntaba retardo la conexión desde la salida, que no fue puntual, pero fue acumulando minutos durante la primera parte del trayecto hasta sobrepasar los tres cuartos de hora.
Un panel que telemáticamente ofrecía Renfe revelaba que los retrasos similares no se circunscribía al destino Huesca, sino que también se ocasionaban en otros puntos de llegada como Málaga-María Zambrano o Barcelona-Sants.
El caso es que no se consiguió recortar ese desfase horario -tampoco es recomendable, con el estado en el que se hayan las infraestructuras, acelerar como Marc Márquez- y lo que venía marcando fue lo que sucedió, algo menos de cincuenta minutos y sin aparentes grandes averías.
Puede no parecer tanto, pero es la diferencia entre ver un partido de fútbol entero o solo el segundo tiempo, llegar a una cena de amigos puntual o tener que excusarse echando la culpa al tren, meterse a la cama temprano para iniciar una ruta senderista temprano o pasar sueño. Da igual cuál sea la consecuencia, el caso, como nos decía el usuario, es que se "paga una buena pasta por un servicio que no es barato y que no cumple con su contrato de puntualidad". Una más para la alforja de incidencias.