Una avispa provoca un accidente entre Grañén y Callén que pudo acabar en tragedia: "Esos son los verdaderos ángeles, la gente buena"

Varias personas se detuvieron a ayudarle y a llamar a los equipos de socorro

21 de Abril de 2023
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Una avispa provoca un accidente entre Grañén y Callén: "Esos son los verdaderos ángeles, la gente buena"
Una avispa provoca un accidente entre Grañén y Callén: "Esos son los verdaderos ángeles, la gente buena"

La picadura de una avispa pudo tener consecuencias fatales, pero, afortunadamente, todo quedó en unos puntos de sutura, varios moratones y un agradecimiento infinito a las personas que la auxiliaron y que para Esperanza son "los verdaderos ángeles".

Regresaba esta vecina de Huesca de Grañén, de visitar a su madre, de 102 años de edad, cuando, entre esa localidad y Callén, un agresivo insecto se posó sobre su pierna y le asestó un tremendo picotazo que le atravesó la gruesa tela de su pantalón de invierno. Es muy sensible a las picaduras y una enorme roncha así lo demuestra.

Sintió un dolor intenso y, antes de darse cuenta, un movimiento reflejo le llevó a invadir el carril contrario, la lanzó con su Clío fuera de la calzada y terminó en una acequia.

Algo aturdida, pero sin tiempo a ser muy consciente de lo que había ocurrido, vio cómo se abría la puerta y alguien le preguntó si se encontraba bien. Pronto escuchó también otras voces, que se interesaban por su estado. 

Esperanza llevaba puesto el cinturón y, seguramente, esta medida de seguridad la libró de un desenlace algo más serio. Su frente sangraba abundantemente, pero pudo salir por su propio pie y salvar el desnivel hasta el asfalto. 

"Enseguida, comenzaron a coordinarse entre ellos y unos llamaron a la policía y otros a la ambulancia. Mi consideración por el género humano se elevó por las nubes. Te das cuenta de que hay gente excelente, solidaria, que aparece cuando se la necesita, aunque la conozcas de nada. Fue muy gratificante, muchísimo", explica Esperanza.

Después, relata lo agradable que fue el trato de las personas que la atendieron en la ambulancia, al igual que en las Urgencias del Hospital Universitario San Jorge de Huesca. "Permanecí allí 24 horas en observación, en una zona dedicada específicamente a esto. Que viva la sanidad pública por muchos años y que la defendamos con uñas y dientes", ha proclamado.

Esperanza fue tratada de un traumatismo craneoencefálico. Le realizaron un TAC y radiografías para descartar otras lesiones. "Estas cosas te colocan en lo que es la vida, que es un riesgo. Te das cuenta de que cosas pequeñas te pueden producir lesiones invalidantes o incluso la muerte. Le doy las gracias a las personas que me ayudaron, que hicieron que no me sintiera sola. Esos son los verderos ángeles, la gente buena. El coche ha terminado en el desguace, ha muerto, pero yo no", concluye.

Esperanza es una mujer fuerte, llena de curiosidad, activa, siempre sonriente. Y agradecida, por eso ha querido contar su historia.

 

 

 

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