CHA reclama identificar al guarda de refugio como profesional de riesgo, "un reconocimiento a su esfuerzo y labor"

Jorge Pueyo presenta una propuesta para el aumento del coeficiente reductor de la edad de jubilación

D.H.
18 de Julio de 2025
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Jorge Pueyo, diputado de CHA, y Jaime Arbex, guarda del refugio de Pineta.
Jorge Pueyo, diputado de CHA, y Jaime Arbex, guarda del refugio de Pineta.

“Cuando se habla de la peligrosidad de algunas profesiones no podemos olvidarnos de los guardas de refugio de montaña, en especial de los invernales”, ha señalado el diputado de CHA y portavoz adjunto del Grupo Plurinacional Sumar en el Congreso, Jorge Pueyo, en presentación de la proposición no de ley relativa al aumento del coeficiente reductor de la edad de jubilación en la profesión, que se ha registrado para su debate en la Comisión de Trabajo, Economía Social, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Pueyo ha comparecido en Huesca, acompañado por una representación de los guardas de refugio de montaña de Aragón. Como ha explicado, "ahora, cuando se ha aprobado el Real Decreto que regula el anticipo de la edad de jubilación en el sistema de la Seguridad Social mediante la aplicación de coeficientes reductores en actividades penosas y peligrosas, resulta oportuno llamar la atención sobre la profesión de los guardas de refugio de montaña, en especial en aquellos refugios que permanecen abiertos los 12 meses, también en invierno”. Aunque hay algún otro caso en el Estado español, “hay que destacar que todos los refugios de la Federación Aragonesa de Montañismo, que son 16 entre refugios y albergues, con 32 guardas titulares, están abiertos siempre en invierno, con las extremas dificultades técnicas, económicas y climáticas que esto supone. Hablamos de instalaciones que llegan a estar incluso por encima de los 2.400 metros de altitud”.

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“Los refugios de montaña son los lugares habitados permanentemente más fríos, hostiles y aislados de toda España. Son el conjunto de estas circunstancias las que exigen a los guardas tener unas condiciones físicas y psicológicas especiales, dado el esfuerzo necesario que requieren. La profesión de guarda de refugio es vocacional y no hay ningún guarda que diga que no le apasiona, pero, a partir de cierta edad, implica un riesgo y un esfuerzo adicional. Identificar al guarda de refugio como profesional de riesgo sería dar a éstos y a la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) un reconocimiento a su esfuerzo y labor, desconocida por la mayoría de los ciudadanos”, ha añadido.

Jaime Arbex, guarda del refugio de Pineta, ha agradecido en nombre del colectivo a la Federación Aragonesa de Montañismo y especialmente a Chunta Aragonesista el apoyo brindado, “sin el cual esta reivindicación seguramente no hubiera sido posible. Gracias a este respaldo, se da visibilidad a un colectivo que, aunque reconocido por las instituciones -como lo demuestran los distintos galardones recibidos-, sigue siendo en gran medida desconocido para la mayoría de la ciudadanía”, ha señalado.

“La labor de guarda de refugio es una profesión vocacional. Sin embargo, eso no quita que su dureza y los riesgos que conlleva supongan un peligro constante para sus profesionales, siendo comparativamente una de las profesiones con mayor índice de siniestralidad. A pesar de que desde la Federación se ha apostado por la formación de los guardas -haciendo de ellos algunos de los profesionales más capacitados del Estado-, el entorno en el que desarrollan su trabajo implica estar expuestos a múltiples riesgos, que se agravan con la edad debido a las exigentes condiciones físicas que requiere esta profesión. Por todo ello, creemos que considerar la profesión de guarda de refugio como una profesión de riesgo sería un reconocimiento justo a su labor, entrega y profesionalidad”.

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