Algo más de trescientas personas se ajustan sombreros, se ciñen las gafas de sol y, sobre todo, buscan la sombra para pasar los instantes previos al final de la marcha. La ya conocida pancarta de la organización convocante, "Huesca con Palestina", se sitúa a la cabeza, escoltada, como es habitual, por unas decenas de niños y niñas que pasean su compromiso ondeando banderas palestinas, portando artesanales carteles y, sobre todo, dejando su voz en las consignas también conocidas.
Se reparten panfletos. En ellos se denuncian complicidades de grandes superficies franquiciando empresas israelíes y se ponen sobre la mesa los acuerdos con Electra Consumer Products y Yenot Bitan, promotoras de establecimiento de colonias israelíes. En los mismos pasquines, se publicita el BDS (boicot, desinversión y sanciones para Israel).
La manifestación termina en la plaza de Navarra, en una zona sombreada que es ocupada en su totalidad. Allí el continuado corear de consignas se ve interrumpido, cada cierto tiempo, por un testimonio, una carta o el manifiesto elaborado para este sábado: "Hay una madre en Gaza que ya no llora, se le acabaron las lágrimas de tanto llorar. Hay un niño que dibuja la forma de su casa en la arena del campamento de refugiados de Yenín, intentando recordar cómo era antes de que la destruyeran. Hay un anciano de Jerusalén que sostiene la llave oxidada de una puerta que ya no existe, pero que sigue siendo la entrada a su hogar, aunque sea sólo en su memoria. Palestina es el rostro de quienes han perdido todo y siguen de pie".
Continúa haciendo referencia el manifiesto a este último periodo: "Han pasado 20 meses desde el inicio de la última fase del genocidio, centrado con especial brutalidad sobre la Franja de Gaza. 20 meses en los que Israel ha cometido crímenes indescriptibles, ha sembrado la muerte, la destrucción, el dolor más desgarrador y todo con absoluta impunidad. 20 meses en los que Israel ha bombardeado escuelas, hospitales, campos de refugiados, zonas residenciales, iglesias, mezquitas y convoyes humanitarios, con el apoyo de Occidente. Nunca se habían asesinado a tantos periodistas, nunca se habían asesinado a tantos trabajadores de la ONU, nunca se habían asesinado a tantos sanitarios en un territorio tan pequeño. Y nunca la complicidad y la hipocresía de los adalides noratlánticos de la democracia había sido tan escandalosa".
Finaliza con el listado de exigencias a nuestro Estado. Dice así: "Para que nuestro Gobierno sienta el peso del poder popular y escuche de una vez por todas, gritamos alto y claro, nuestras exigencias: Alto el fuego inmediato, permanente y sin condiciones por parte del Estado Genocida de Israel; que se termine el bloqueo y se permita la entrada de ayuda humanitaria de alimentos y agua sin condiciones ni restricciones; la ruptura inmediata de todas las relaciones diplomáticas, económicas, culturales, institucionales y militares con el Estado de Israel; el embargo total de armas, tecnología militar y de vigilancia a Israel, incluyendo el fin de licencias y el fin del tránsito de armamento por el Estado español; el respaldo firme a las denuncias por genocidio presentadas por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, y el apoyo activo al proceso abierto en la Corte Penal Internacional; la derogación de la Ley Mordaza y el fin de la criminalización de la solidaridad con Palestina, y reconocimiento y aplicación del derecho al retorno de los refugiados palestinos, tal y como establece la Resolución 194 de la Asamblea de las Naciones Unidas".
El acto ha terminado sobre las 13:20 horas sin incidencia alguna.