Después de cuatro días de intenso trabajo en el incendio de Castilla y León, el Retén de los Mallos con base en Ayerbe, integrada por cinco bomberos, ha regresado a casa. Forma parte del tercer envío de medios realizado por el Gobierno de Aragón, integrados en cada caso por una brigada helitransportada con su helicóptero, dos brigadas terrestres y dos autobombas, con técnicos del departamento de Medio Ambiente y de Sarga.
Cansados, con el dibujo del esfuerzo en sus caras, pero también con la satisfacción de la labor cumplida, vuelven con “ganas de ver” a la familia. Solo con nombrarla se dibuja una sonrisa en el rostro de Raúl Solana, brigada responsable del grupo.
A su encuentro han acudido Francisco Gómez, director del Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, y Jorge Escario, director gerente de Sarga, que les han recibido con los brazos abiertos pasadas las 18:30.
Su primera labor al llegar a tierras castellanas, según ha explicado Solana, se centró en hacer cortafuegos para un foco activo que afectaba a tres pueblos y tras esta primera jornada continuaron con el perimetraje de los flancos. El brigada reconoce que ha sido un trabajo muy físico, especialmente por los malos accesos. "También había mucho fuego arriba en las crestas y teníamos que subir a pie, mucho golpe de pierna, es lo que tocaba”.
Se encontraron con pendientes muy prolongadas en las que el fuego "cogía mucha potencia" y un terreno "con mucho medio ambiente continuo".
La coordinación entre cuadrillas también ha sido clave. “De aquí de Aragón hemos estado esta semana trabajando con otra cuadrilla de Calamocha, también dos autobombas, una de Sabiñánigo y otra de Ejea", además de algunos técnicos.
Emplearon, además, motosierras para cortar el material más grueso, después desbrozadoras y también herramientas manuales.
Se ha referido también al buen trato que les dispensaron los vecinos de los pueblos afectados. “Nos han despedido allí, que querían que nos quedáramos más días, pero no podía ser porque el cuerpo no aguanta”.
Raúl Solana explica que no han sentido miedo en ningún momento. “Primero se evalúa cómo está la situación y siempre evitamos un riesgo posible. No hemos tenido situaciones comprometidas, por suerte. Y ahora, bueno, nuestras familias están tranquilas. Ya tenemos ganas de ir a verlas”.
Aunque el grupo de Ayerbe ya ha regresado, el trabajo en Castilla y León no ha terminado. “Eso nos apaña en pocos días… estábamos a unos 1.800 metros de altitud, y hay muchos aires variables que reavivan puntos calientes... las cuadrillas que se han quedado allí tienen jaleo”.
UN ORGULLO PARA ARAGÓN
Además del Retén de los Mallos con base en Ayerbe, de la provincia de Huesca han acudido también a esa comunidad miembros de los retenes de Los Valles -de la zona de Hecho- y de Fiscal, además de la autobomba de Sabiñánigo. Según ha indicado Francisco Gómez, no se prevén más envíos de efectivos aragoneses, ya que la evolución de los incendios es favorable y la climatología actual ha mejorado, aunque si les pidieran más no habría inconveniente.
Ha señalado que los equipos han regresado exhaustos debido a la complejidad de la extinción del incendio, marcada por condiciones difíciles tanto en el terreno como meteorológicas.
Gómez ha detallado que la principal dificultad ha sido el acceso a zonas complicadas y la orografía del terreno, que no siempre se ha conocido con precisión. Aun así, los convoyes han trabajado de manera organizada y coordinada, combinando medios terrestres, como autobombas, y medios aéreos para contener las llamas.
Ha descrito la composición de los equipos, que ha incluido brigadas transportadas por helicóptero, brigadas terrestres, autobombas y personal técnico del Departamento de Medio Ambiente y de Sarga, responsables de la coordinación y la logística. También han participado efectivos de Huesca, Ayerbe, los valles y Fiscal, así como conductores de autobombas de Alto Gállego y Sabiñánigo.
Respecto a la coordinación con la Junta de Castilla y León, Gómez ha indicado que los equipos se han puesto a disposición del director de extinción, actuando de forma autónoma en algunos lugares y en colaboración con otros medios en distintas áreas, y ha afirmado que la coordinación ha sido bastante buena.
Ha añadido que, aunque los incendios seguían activos al regresar, la labor de contención ha sido eficaz y muy útil, tanto para frenar el avance de las llamas como para proteger núcleos poblacionales. Finalmente, ha señalado que la colaboración entre comunidades autónomas ha funcionado de manera consistente y que, en caso de ser necesario, siempre se ha facilitado ayuda sin ningún tipo de problema.
LA FAVORABLE SITUACIÓN DE ARAGÓN
Por su parte, Jorge Escario, director gerente de Sarga, ha destacado el papel de la empresa y del Gobierno de Aragón en la respuesta a los incendios forestales, subrayando su intervención en este siniestro, en una Comunidad Autónoma "que lo está pasando muy mal", y ha recordado que también han colaborado en otros siniestros acaecidos en Valencia y Galicia.
Escario ha indicado que la situación en Aragón es favorable en comparación con otras zonas, ya que hasta la fecha se han registrado 210 hectáreas quemadas, frente a las 1.500 del año anterior. Aun así, ha reconocido que en otros territorios la situación es “realmente mala” y requiere un esfuerzo continuado para contener los incendios.
El director gerente ha subrayado la importancia de la coordinación con los equipos de dirección en la extinción, así como la capacidad de Sarga para intervenir en terrenos complicados y con condiciones difíciles.
Ha añadido, que, si fueran requeridos nuevamente, sus brigadas volverían a desplazarse, tal como lo hicieron en intervenciones anteriores, y ha destacado que, aunque los incendios empiezan a estar más controlados, la labor sigue siendo intensa y constante.
Respecto a la prevención, Escario ha explicado que Sarga lleva a cabo tareas de preparación del monte bajo, tiene 124 contratos firmados con el Gobierno de Aragón, supervisados por la Dirección General de Gestión Forestal.
Estas labores incluyen el clareo de la vegetación y la preparación de la masa forestal para reducir la intensidad de posibles incendios futuros. Ha manifestado que, aunque actualmente solo intervienen sobre el 2% de la masa arbórea aragonesa, estas acciones son esenciales para disminuir la peligrosidad de las llamas y proteger tanto al medio natural como a la población.
Finalmente, Escario ha remarcado que la combinación de prevención, preparación y extinción permite a Sarga y al Gobierno de Aragón mantener un alto nivel de respuesta frente a emergencias forestales, asegurando que los incendios sean más manejables y menos destructivos.