El Edificio Laurentis de Huesca plantea la urgencia de tapar un agujero fétido y peligroso que lleva 3 años

A la espera del proyecto acordado con el Ayuntamiento, advierten de la insalubridad y el riesgo del destrozo ocasionado por una máquina municipal

28 de Agosto de 2025
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La urgencia máxima del Edificio Laurentis dentro de sus penurias

Corría el mes de octubre de 2022 cuando una máquina excavadora, inopinadamente y sin presencia de vecinos -siempre han estado muy encima del asunto por la gravedad de su situación-, rompió una tubería de desagüe del Edificio Laurentis, el que este diario vino a definir con al expresión "Esta casa es una ruina" por el colapso general de buena parte del inmueble y que está situado frente al Hospital San Jorge.

En una sucesión de relatos, se amplificaba el radio de acción del desastre urbanístico con "esta calle es una ruina", donde los vecinos denunciaban hace más de tres años la gravedad de la situación de aceras y suministros públicos, además del paulatino desplome estructural.

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Era aquel octubre de 2022 tiempos de conflictos entre las comunidades de las tres calles -Fidel Pagés Miravé, Alcañiz y Martínez de Velasco- y el Ayuntamiento de Huesca, que no advirtió, según la defensa del denominado Edificio Laurentis ejercida por Ricardo Orús, los graves problemas de urbanización y de asentamiento cuando los servicios municipales recibieron la obra en 2009. Han pasado 16 años. Puede sumarse a las críticas vecinales el escaso eco a sus reclamaciones desde 2014, cuando empezaron a detectarse severas deficiencias y no se aprovechó el periodo del Seguro Decenal de la Construcción para exigir las reparaciones al promotor (que también fue objeto de advertencia por el letrado).

Cuando ya se había anunciado una partida de 95.000 euros para recuperar "mínimamente" una cierta normalidad, y es que la recuperación de la integridad de la urbanización costará muchísimo más, en las catas una máquina seccionó la tubería. Aquel agujero negro -hay fotografías que corroboran el cromatismo- por las aguas putrefactas quedó tapado por dos anchas plataformas sobre la acera para el tránsito provisional... hasta hoy, 28 de agosto de 2025.

La inconsistencia de los dos tablones en el lugar de la avería es evidente, de tal manera que el paso de personas con gran peso, motocicletas o cualquier otro vehículo puede acabar con ellos con el agua -asquerosa- al cuello. Y, para colmo, se ha abierto un agujero de no menos de veinte centímetros de diámetro que destila un olor de una fetidez insoportable, que en los días de calor impregna la atmósfera varios metros alrededor. De ello puede dar fe este escribano.

De momento, paliar mínimamente esta situación corre a cargo del vecindario, que, además de llamar periódicamente a Arizón & Gracia para que higienice ese foco de hedor, utiliza cantidades ingentes de lejía con la misma finalidad de una manera continua. Evidentemente, no es la solución.

Los vecinos del Edificio Laurentis, que están a la espera de que el Ayuntamiento defina el plan global para reparar todos los desperfectos después de llegar a un acuerdo a principios de febrero después de diez años de desencuentros, piden al consistorio que atienda esta urgencia que desprende insalubridad.

Mientras tanto, el deterioro del edificio es evidente. Desde el propio garaje, donde los defectos constructivos son de tal calado que la persistencia en las inundaciones hasta que se solucionó provisionalmente ha dejado sus huellas, igual que las columnas acusan la estrechez de giros antirreglamentarios y la "sala de máquinas" acusa todas las taras.

En la calle, la situación arroja un aspecto apocalíptico, con el edificio abierto en su base trasera con una sensación de hundimiento que obedece a la inapropiada compactación del subsuelo, grietas profundas, caídas de las aceras hacia un lado y alguna inquietud como el paso de una tubería de gas por debajo de Fidel Pagés Miravé, 2, que con el desmoronamiento del pavimento pudiera suscitar algún problema que otro.

Son cuestiones no menores en un edificio que, como algunos estados, podríamos considerar "fallido", y es que desde 2008 en que comenzó a ser habitado no ha hecho más que dar disgustos y abundantes gastos a los propietarios, entre la indiferencia consistorial en unos casos y hasta una cierta agresividad en otros. De momento, entienden que, antes de comenzar la ejecución del plan global, estaría bien tapar este infecto agujero que ya suma tres años de abandono.

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