Mientras los bomberos se aplican en las intervenciones para garantizar la seguridad de las personas y las cosas, hay quien se empeña en desafiar las leyes de la gravedad y las del sentido común poniéndose en riesgo de una forma insensata y provocando la alarma y el sobrecogimiento de los testigos. Inaudito e inaceptable.
Es lo que ha sucedido esta tarde en el Paseo Ramón y Cajal de Huesca, en los impares junto al río Isuela, donde un móvil ha captado una imagen realmente espeluznante: un joven con el torso desnudo ha hecho un recorrido por el tejado resbaladizo mientras se escucha perfectamente la furia de la tormenta.
Ha recorrido varios metros antes de ponerse a cobijo, seguramente satisfecho con su proeza o con la satisfacción del deber cumplido en el caso de que fuera un equilibrista profesional. Se antojan calificativos poco edificantes hacia la temeridad.
Una anécdota dentro del video: se escucha en el domicilio de quien está grabando la preocupación porque, con bastante probabilidad, pueda estar rompiendo alguna teja. Quizás la inquietud provenga de que, en realidad, haya desprendido alguna y caiga hacia el paseo, que añadiría a lo temerario de la acción la posibilidad de daños mayores.