Todos los años se producen algunos problemas de suministro de hielo cuando llegan los festivales y las fiestas de San Lorenzo y de otras localidades de la provincia; son picos de consumo que pueden generar desabastecimientos puntuales.
Pero en esta ocasión, la subida de la luz, entre otros costes que han ido al alza, llevó a empresas fabricantes de hielo a no producir en invierno y se ha llegado a estas fechas estivales con menos género.
Ante esta situación, la hostelería quiere asegurar el suministro ante la cercanía de las fiestas laurentinas y de otras localidades de la provincia, y algunas grandes cadenas han limitado las unidades de compra.
Locales de ocio nocturno buscan nuevos proveedores y en algunos bares y restaurantes hay inquietud, aunque para otros no está suponiendo un problema.
Son muchos los establecimientos que cuentan con máquinas propias para fabricar cubitos, como explican desde el Flor y La Hiedra, y otros que apuntan que tienen el suministro asegurado, como el caso del Hervi, a través de La Coruñesa.
José Félix Alonso, del Da Vinci y Comomelocomo, sí teme que pueda haber problemas que va a intentar solucionar en estos días prelaurentis para contar con “dos congeladores enteros llenos”.
Según relata, “otros años venían un par de empresas que nos suministraban hielo, pero este año posiblemente no lleguen, no lo sé”.
“Los que nos sirven el pescado nos traen hielo de momento, que podemos ir comprando ahora. Y durante las fiestas intentaremos que no nos falte. Lo vamos a tener difícil -opina-, hay mucha demanda, pero creo que lo conseguiremos”, espera.
Desde otro restaurante de Huesca, se indica que “de momento no hay problema”. Según agregan, “no sabemos cómo irá porque llevamos dos años sin fiestas, pero aquí tenemos un arcón pequeño y más luz no vamos a gastar. O sea que, si falta, compraremos, aunque sea a precio más caro; siempre será mejor”.
Agustín Cabrero, responsable de Supermercados Altoaragón, apunta que, como veían lo que podía pasar, han contado con dos proveedores este año, “aunque todo el hielo que queremos no vamos a tener”.
Aunque su mercado no son los establecimientos, sí apunta que, “si bares y restaurantes vienen a buscar, puede que no tengamos en algún momento entre reparto y reparto, que se hace dos veces por semana”.
Cabrero opina que se ha creado cierta alarma que ha llevado a que se empiece a acaparar, algo parecido a lo que ocurrió con el papel higiénico al inicio de la pandemia o el aceite de girasol al estallar la guerra de Ucrania. “De momento, hay. Pero si el que antes compraba uno ahora adquiere dos, se acabará”, traslada. “Si hay algo que se sale de lo común, no estamos preparados ninguno”, concluye.