La Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) considera sobre el proyecto de unión de estaciones por Canal Roya que, ahora mismo, “la mejor vía para avanzar” es la de “parar, reflexionar y hablar”.
En un comunicado remitido a sus clubes asociados, la FAM transmite su opinión de que el proyecto “se ha relanzado en el peor momento posible, con unas elecciones inminentes, con las prisas propias de los plazos de financiación y, seguramente, sin la suficiente información y debate”.
Apunta que “la politización del debate no beneficia a nadie, y la ausencia de acuerdos puede provocar que el gran perdedor al final sea Aragón. Es necesario parar y conseguir un amplio consenso sobre cómo avanzar en los espacios esquiables y su compatibilidad con el mantenimiento del entorno natural”.
En este sentido, anima a “los que tienen en su mano conseguirlo”, a que emprendan este camino y “ayuden a bajar el nivel de crispación social y ruido que todo este proyecto está generando. Seguro que entre todos somos capaces”, opina.
En el comunicado, la Junta Directiva de la FAM realiza una serie de reflexiones sobre el proyecto de unión de Astún y Formigal por Canal Roya, desde la “serenidad frente a las estridencias, ruidos y faltas de respeto que han sufrido -especialmente- personas de nuestra federación, que ayuden también a entender su posición, “la cual nunca ha sido a favor ni en contra del mismo”.
En primer lugar, “este no es nuestro proyecto -recuerda- no somos ni impulsores, ni promotores, por lo que la FAM no oculta ningún interés económico ni social en él. Somos una federación deportiva y nuestro fin fundamental es la promoción y desarrollo de los deportes de montaña”.
La Federación recuerda que ha impulsado históricamente infraestructuras en zonas de montaña, señalizando senderos, equipando vías de escalada o construyendo refugios. “Es decir, no somos ajenos a dotar al medio natural con “elementos humanos” que mejoren la práctica segura de nuestro deporte. Éstos, además, proporcionan un flujo de visitantes que ayuda a mantener puestos de trabajo tan necesarios en estos territorios. Eso sí, siempre optando por una naturaleza con las menos afecciones humanas posibles”.
Por ello, opina que, a la hora de plantear nuevas infraestructuras, éstas deben estar “muy bien pensadas y reflexionadas. Más aún, cuando se trata de proyectos de grandes dimensiones e impactos, ya sean telecabinas o parques eólicos. Y en todos los casos los procedimientos legales establecidos y las normas medioambientales han de aplicarse de manera rigurosa y sin atajos”.
También destaca que como federación deportiva siempre ha manifestado el “máximo respeto hacia los habitantes de cada territorio y sus reivindicaciones”.
En este caso, recuerda que al frente de este proyecto “se posicionaron inicialmente todos los municipios y comarcas afectados” con el interés de no quedarse atrás ante inversiones en el sector de la nieve de otros territorios pirenaicos.
“La nieve es motor de empleo para los valles con estaciones de esquí. Esto es una realidad. Y debemos tenerlo bien presente en este debate, porque es muy preocupante ver cómo progresivamente se pierde población en la gran mayoría de las zonas rurales de montaña. Junto al territorio llevamos décadas trabajando para que el senderismo, el montañismo, la escalada y el esquí de montaña sean también un, cada vez mayor, recurso turístico. Debemos seguir insistiendo en ello, pero no podemos menospreciar el efecto positivo para el empleo que tienen otras actividades, como por ejemplo el esquí de pista”, afirma.
Por otra parte, recuerda que la Federación Aragonesa de Montañismo lleva años “discutiendo, alegando, reclamando e incluso, en ocasiones, enfrentándose con la propia Administración en pro de la defensa de la práctica de nuestro deporte allá donde la normativa medioambiental se ha vuelto más prohibicionista que reguladora”.
“Como hemos reiterado en muchas ocasiones -agrega-, la FAM aboga por la existencia de Espacios Naturales Protegidos siempre que a estos se les dote de medios humanos y económicos suficientes, y se contemple una regulación racional para las actividades deportivas. No estamos de acuerdo en que la redacción de una norma medioambiental parta del hecho escrito de considerar a los deportes de montaña como “una amenaza”. Si se hace de otra forma, sí”, señala.
RESPETO
Entre sus reflexiones, la FAM apunta que, como federación deportiva que agrupa a miles de personas de diferentes ideologías y filosofías de vida, “no existe un pensamiento único y menos aún tiene cabida un lenguaje basado en la supremacía moral”.
Indica que practica el respeto y pide el mismo trato. “El señalamiento público con nombres y apellidos de personas que se han dedicado altruistamente a trabajar por el colectivo montañero, con sus aciertos y errores, pero siempre de forma desinteresada, no es admisible, y más cuando se hace desde el anonimato y el juego de las acusaciones veladas”.
“Por supuesto, admitimos la crítica y aceptamos que no todos estén de acuerdo con nuestros posicionamientos, pero pedimos reflexión y sentido común”, ya que indica que “todo esto al final está ocultando no sólo los proyectos e iniciativas llevadas a cabo por esta Federación durante décadas, sino que incluso daña al propio montañismo. Por nuestra parte -agrega- seguiremos trabajando para poner en valor la gran labor que viene realizando el montañismo aragonés, a través de la FAM, sus clubes y sus federados y federadas”.