Fumata blanca: el Barrio de Santiago de Huesca sobrevive con siete voluntarios para la nueva Junta

La Asamblea convocada con ultimátum de la meritoria gestora ha encontrado respuesta para relanzarla

14 de Mayo de 2024
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Junta Gestora y la concejala Susana Oliván durante la Asamblea del Barrio de Santiago
Junta Gestora y la concejala Susana Oliván durante la Asamblea del Barrio de Santiago

In extremis, después de más de una hora de Asamblea General Extraordinaria que había sido convocada "para la disolución definitiva" de no encontrar implicación, la Asociación de Vecinos del Barrio de Santiago ha hallado el bálsamo de Fierabrás particular con siete personas para un nuevo y joven equipo que tome el relevo de la extenuada y meritoria gestora.

La Asamblea, que ha contado con la presencia de la concejala de Participación Ciudadana, Susana Oliván, ha expuesto la problemática del debilitamiento de la vocación asociativa en un barrio que llegó a tener nada menos que ochocientos socios que disfrutaban de una vida social y cultural excelente en los locales de la Avenida de la Paz. La edil ha incidido en la importancia que para el consistorio tiene un tejido vecinal robusto y dinámico, por lo que ha arengado a encontrar soluciones que serán respaldadas por el Ayuntamiento.

La junta gestora había realizado un último llamamiento a los vecinos del barrio para evitar la liquidación de cuentas a través de una comisión que se encargara de dar la vuelta de llave sin retorno temporal. Sin embargo, los tres integrantes de la comisión han recibido con satisfacción el paso adelante de siete asociados que rejuvenecen en todos los sentidos el ímpetu de una entidad que actualmente supera por poco los trescientos miembros. "La pandemia hizo mucho mal entre fallecimientos y bajas", asegura Pili, enormemente feliz por una asociación en la que ha aportado su trabajo y su disfrute desde 1992.

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Asistentes a la asamblea de Santiago.

A partir de ahora, la Junta Directiva tomará posesión y habrá de ser refrendada por una nueva Asamblea. Los salientes, afirma Pili, "vamos a estar a su disposición para ayudarles en todo lo que haga falta, felices porque han dado el paso esta gente joven. Llevábamos años solicitando que se involucrara más gente y de ahí el ultimátum".

Salvada la asociación y salvado el local (el Ayuntamiento es el que lo paga), inicia una nueva etapa el movimiento vecinal de Santiago, que como el santo pronuncia la arenga de "y cierra España" en señal de reconquista. Un motivo de satisfacción para la ciudad.

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