180 años después, mucho ha cambiado el país y la sociedad, muchos han sido los obstáculos y, sin embargo, "como se dice en Aragón, jamás ha reblado la Guardia Civil en su afán benemérito de ayudar y proteger a sus ciudadanos". El teniente coronel de la Comandancia de Huesca, José Enrique Cordobés Lucena, ha resumido en esta frase la ejecutoria del Cuerpo fundado por Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, segundo Duque de Ahumada, en 1844. Ha sido una ceremonia bonita y austera, repleta de valores, de respeto y de tributo a quienes han conformado una de las instituciones armadas más valoradas del mundo, que rinde servicios extraordinarios y complejos en nuestra provincia.
El patio de la Comandancia ha congregado a multitud de invitados, con autoridades como la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, el subdelegado del Gobierno, José Carlos Campo, los diputados Ana Alós y Javier Folch, la vicepresidenta de la Diputación, Celsa Rufas, y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la Gendarmeria francesa.
Tras pasar revista a la unidad de honor el teniente coronel Cordobés Lucena, el simbolismo se ha acrecentado con las condecoraciones a miembros de la Guardia Civil por distintos servicios como los de la Operación Berenguer por desarticulación de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas con 24 detenidos, la Go Fast por la detención de quien portaaba 571 kilos en Villanúa, el arresto de dos personas en Fraga por usurpación de monte de utilidad pública y el rescate en el Pico Torre Costerillou en el Valle de Tena de dos escaladores en un escenario inhospito de un saliente con caída vertical de 300 metros.
Tributo también a los retirados a la reserva activa (en la figura del guardia Francisco Prieto Fuertes) y a los más veteranos, en cuyo nombre ha recogido un diploma el subteniente Juan Jiménez Delgado.
Era llegado el turno de alocuciones comenzando por el subdelegado del Gobierno, que ha hecho historia desde los orígenes, aquel 22 de diciembre de 1844 en que el capitán Marcelino Porta encabezó a los primeros guardias civiles destinados a Huesca, "el inicio de una relación inquebrantable y entrañable". Ha resumido los cambios gráficamente: "Se ha pasado de labrar con mulos a hacerlo con tractores con tecnología GPS; las postas de correos han dado paso a los correos electrónicos, y los asaltadores de caminos que atemorizaban algunas comarcas se han transformado en ciberdelincuentes que acechan con mensajes engañosos".
Adaptarse a las transformaciones es compatible, ha agregado, con "no perder su espíritu de cercanía" y una amplia presencia en una sociedad conocedora del trabajo de "protección de los derechos y libertades y de garantía de la seguridad ciudadana", que ha motivaado que la Guardia Civil sea "una de las instituciones más respetadas y también queridas del Estado".
Ha parafraseado a EL DIARIO DE HUESCA de 18 de noviembre de 1880, que relataba un robo en Ontiñena "con allanamiento de morada, de 24 fanegas de trigo y 8 de judías", resuelto por la "perspicacia y actividad honrosas" del jefe del puesto de Alcolea de Cinca para dar con los malhechores y recuperar los efectos robados.
Hoy, la Guardia Civil presta servicio en 200 términos municipales, que aglutinan más del 70 % de la población en 15.000 kilómetros cuadrados. "Siempre estáis ahí cuando os necesitan. Cuando hay un delito en nuestros pueblos, ahí está la Guardia Civil". Y siempre comparece en un gran evento o fiesta, en una operación de tráfico, una necesidad de auxilio humanitario particularmente en las montañas, un niño o niña que sufre acoso, una persona mayor que requiere seguridad, una violencia de género o, más allá de atención, cuando se precisa "escucha y empatía".
En su cooperación con otras policías e instituciones, cruza fronteras. El Gobierno de España, ha agregado, es consciente de la labor y por eso Campo ha agradecido "vuestro compromiso, esfuerzo y dedicación constante en servir a los demás". Ha concluido recordando "la dignidad, prudencia y firmeza" que reza la Cartilla. "En 1844, aquella primera tropa de la Guardia Civil fue una novedad para los oscenses; hoy, 180 años después, la Guardia Civil es parte esencial e indisociable de nuestra provincia".
UNA ININTERRUMPIDA HOJA DE SERVICIOS
El teniente coronel José Enrique Cordobés Lucena ha arrancado su alocución con el decreto de 28 de marzo de 1844 que justificaba la urgencia de una fuerza especial de protección y seguridad por el "desamparo en que hoy se ve la autoridad pública para proteger eficazmente el orden y las personas y bienes de los vecinos honrados y pacíficos".
El cuerpo denominado "de Guardias Civiles" fue integrado en el Ministerio de la Guerra y del de Gobernación el 13 de mayo de 1844. Ha remembrado la llegada a la provincia con el capitán Porta y el pronto despliegue por toda la provincia. Desde entonces, "ha estado volcada, día a día, de forma continua e incansable en realizar el mejor y más eficaz servicio a la sociedad", preocupada por mantener el libre ejercicio de las libertades y derechos.
Tras apelar al verbo tan oscense, "reblar", ha abundado en que la Benemérita se ha adaptado a todos los cambios y ha ido enriqueciendo un "grean abanico de capacidades y especialidades, y con unos valores que hacen de ella, un cuerpo policial moderno, eficaz y benemérito", lo que ha sido entendido por los ciudadanos de todo el territorio provincial. "Este reconocimiento y prestigio alcanzado durante estos 180 años de dedicación, sacrificio y esfuerzo es el que nos debe alentar a seguir evolucionando, mejorando y cumpliendo de manera eficiente todas y cada una de las misiones que tenemos encomendadas. Si esto no fuese así, ni la sociedad ni nuestros compañeros Guardias civiles predecesores nos lo podrían perdonar".
Ha cimentado el prestigio y carácter benemérito en "un continuo e ininterrumpido conjunto de servicios, acciones y actividades de sus guardias civiles desde aquel 1844 hasta nuestros días, y por lo tanto el mérito es más de todos aquellos que durante tantos años cumplieron sus obligaciones y ejercieron su vocación en muchas ocasiones por encima de lo requerido que de los que actualmente intentamos realizar nuestros cometidos con la mayor profesionalidad y responsabilidad con el ánimo de continuar con el legado de aquellos".
Desde este argumento, ha expresado su cariño y admiración a los que ya están en la reserva o retirados, porque sin ellos la institución "no tendría el prestigio que posee en la actualidad". Afecto que también ha manifestado hacia los familiares. Ha concluido con el recuerdo de "todos aquellos compañeros y compañeras que se quedaron en el camino, dando su vida por su compromiso con la Guardia Civil y con nuestra sociedad. A todos ellos mi sincero reconocimiento y homenaje"
Un conjunto armónico que ha escuchado el emotivo acto de homenaje a los Caídos por España y ha cantado el Himno de la Guardia Civil como colofón a una celebración de las grandes: sencilla, sentida y plena de verdad.