La Guardia Civil de Huesca ha reducido a chatarra esta semana más de 700 armas que habían sido depositadas en las distintas intervenciones en la provincia. Anteriormente, su destino era ir a subastas, pero han dejado de realizarse tras la modificación del reglamento.
En total se han destruido 773 armas de todas las categorías, principalmente escopetas con 571, y también 42 rifles, 38 pistolas, 21 revólveres, 1 trabuco, 1 subfusil, 11 carabinas de aire comprimido y 68 armas blancas, entre otras.
Efectivos de la Guardia Civil de Huesca han realizado el traslado de las armas a una empresa siderúrgica, para darles el destino a chatarra a través del proceso de fundición.
MÁS DE 15.000 ACTUACIONES, 27.000 ARMAS DE FUEGO
La Comandancia de Huesca explica que, actualmente, la competencia en materia de armas y explosivos que tiene el Estado se materializa por medio de las Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil.
Estas unidades controlan el acceso legal a las armas, para lo cual el reglamento establece unos requisitos, entre los que se encuentran la carencia de antecedentes penales, así como la superación de pruebas teóricas y prácticas sobre el uso y manejo.

En la provincia de Huesca existen más de 15.000 autorizaciones de diverso tipo para poder tener armas de fuego, entre ellas armas para caza mayor, caza menor, tipo deportivo, seguridad privada, etcétera, que amparan más de 27.000 armas de fuego.
De manera periódica, la Guardia Civil de Huesca lleva a cabo la destrucción de armas de fuego de diversos calibres, así como armas blancas prohibidas. Algunas de ellas están implicadas en ilícitos, penales o administrativos, y tras el correspondiente procedimiento se determinan su destrucción; y otras que por cesar sus titulares en el derecho a la tenencia y uso y no haberles dado otro destino legal, tienen el mismo fin.
FIN DE LAS SUBASTAS DE ARMAS
El pasado mes de marzo, la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca llevó a cabo su última subasta de armas, y es que, con la publicación del RD 726/2020, por el que se modificó el Reglamento de Armas, a partir de ahora el destino de las depositadas, que pasado el plazo de un año no reciban ninguno de los destinos previstos en la norma (recuperación, enajenación, inutilización), será la destrucción, excepto aquellas reglamentadas que tengan un valor acreditado como patrimonio histórico.
En esta última subasta fueron un total de 171 armas de fuego, las que se quedaron sin adjudicar, y que se incluyeron en las armas a destruir.