Un joven guardia civil, poco más de cuarenta años, se ha suicidado este mediodía en el Cuartel de la Benemérita en Ansó, lo que ha provocado una gran consternación en los efectivos del cuerpo en la provincia de Huesca y también en la villa pirenaica.
La población jacetana se ha sobresaltado con este desgraciado suceso. El agente llevaba dos años destinado en Ansó, donde convivía con el vecindario con una normalidad absoluta. Una persona afable, servicial y dispuesta a ayudar, canario de nacimiento aunque su última procedencia era Lérida.
Casado y con dos hijos, el guardia civil no había dado nunca muestras de que pudiera tener trastornos depresivos o mentales, y en su expediente de hecho no consta ninguna baja por este motivo. De ahí la sorpresa añadida y la pena que en estos momentos invade a Ansó y a la Guardia Civil, con los compañeros del finado en estado de shock.