La localidad de Guaso ya dispone de tres depuradoras para la adecuada purificación de sus aguas residuales. Este núcleo de población perteneciente al municipio de Aínsa-Sobrarbe se distribuye en nueve barrios -La Ribera, El Grado, Samper, L’Arrabal, Bestregui, La Closa, Santa Quiteria, El Tozal y el Puyal-, razón por la que ha sido necesario construir varias infraestructuras y que el coste haya ascendido a 290.000 euros, de los cuales el Instituto Aragonés del Agua ha subvencionado el 95 %.
El pueblo tiene una extensión muy amplia. Cuenta con 115 habitantes distribuidos por los diferentes barrios, repartidos desde una altura de 780 metros de altitud hasta llegar a la ribera del río Ara. En verano esa cifra se duplica debido a las segundas residencias y a los alojamientos de turismo rural.
Las obras han sido construidas por la empresa local Excavaciones ACB, y con la colaboración de la vecindad se han desarrollado de una manera ágil y eficiente.
“La depuración de las aguas residuales es una máxima del ayuntamiento por diversas razones. La más importante por mantener limpios los ríos y los barrancos que discurren por el municipio”, explica el alcalde, Enrique Pueyo. Pero además, “tratándose de una comarca que vive de la naturaleza para generar riqueza, era imprescindible ejecutar estos esperados proyectos y que las aguas estén limpias para su uso y disfrute”.
Estas son las terceras depuradoras construidas en Aínsa-Sobrarbe a través del Plan de Depuración del Pirineo. Las primeras finalizaron hace unos meses en los pueblos de Banastón y Coscojuela de Sobrarbe. Las siguientes a ejecutar serán las de las poblaciones de Latorrecilla y de Arro.
En el caso de Gerbe, la depuradora pudo construirse hace unos años, quedando pendientes las del resto de pueblos del municipio. Y está en trámite administrativo la depuradora de Aínsa con un coste en proyecto de 11,5 millones de euros, una de las depuradoras más caras del Pirineo que va a ejecutar el Instituto Aragonés del Agua.