Dos bloques de pisos en Miguel Fleta 40 de Huesca, el antiguo Grupo San Antonio, llevan sufriendo durante meses una presión prácticamente nula del agua que motiva graves consecuencias para el bienestar de su vida doméstica. Una circunstancia, aseguran, que encuentra su origen en las obras en la conducción general de finales de 2019-principios de 2020 que desembocaron en una sedimentación tremenda de tierra. Si ya es difícil su uso para cocinar, ducharse es punto menos que imposible. "Estamos regresando a los tiempos en los que nos llamaban el barrio de Korea", asegura el presidente de la Escalera (así se identifican ahora estas construcciones) 2 y similar opinión alberga el de la 3, con 16 y 8 pisos respectivamente. Los problemas de agua son el colmo de una serie de graves molestias que incluyen la acción de okupas, afortunadamente ahora con menor intensidad.
Estos edificios, que han pasado la Inspección Técnica recientemente, remontan su estreno a 1970-1971. Las vicisitudes en torno al agua vienen de hace algunos años, cuando hubieron de afrontar una pequeña obra porque uno de los registros en medio del rellano de entrada de la Escalera 2 sobresalía y provocó varias caídas. Una solución factible fue cambiarlo de lugar con un juego de tuberías con varios codos, aunque ésta no ha sido la causa del grueso inconveniente de padecen en estos momentos. Hace tres años, "hubo una intervención en la red general y se precipitó un montón de barro. Le metieron más presión para liberarlo y taponó nuestras tuberías, de modo que no tenemos agua. Tuvimos que hacer obra por nuestra cuenta y sacamos más de 300 sacos de tierra". Recuerda Miguel que en la calle Valencia cambiaron quince metros de tubo, y sostiene que también podría haber intervenido el Ayuntamiento para resolver su problema.
UN LARGO HISTORIAL
El del agua es hoy un aspecto nuclear, pero no ha sido el único en los últimos años. El 28 de septiembre de 2020, remitieron una carta a la concejal de Servicios Sociales, Rosa Serrano, en la que explicaban que las 80 familias de Miguel Fleta número 40 habían visto que "la calidad de vida había degenerado en los últimos doce años, siendo numerosos los hechos que lo producen, ocupación de viviendas por personas con comportamientos incívicos, intentando concentrarse para ser más y más fuertes. Se agrava siendo un modo de vida el que comparten entre ellos, y consecuentemente excluyendo al resto, payos, moros, negros, y el desplazamiento de otras culturas, siendo la falta de integración el germen de convivencia global y la falta de medios para corregirlo". Sugerían patrullas a pie de policía municipal que hicieran cumplir las ordenanzas, instalación de cámaras y otras vigilancias porque la venta y menudeo de drogas era muy común, "aquí impera la ley de la selva".
Una placita interior rodeada de habitaciones es el lugar donde más se concentran y a las 2 o 3 de la madrugada todavía suenan las carcajadas, la música de la guitarra, el cante y el uso de motos y bicis de juguetes con un estruendo considerable. Suciedad en la vía pública con pérdidas de aceite de los coches y reparaciones en la calle, electrodomésticos y muebles abandonados, bolsas de basura en los portales, uso de bicicletas sin cámara en la rueda trasera para derrapar y generar chispas con el roce del metal...
Otro de los problemas es el de los perros de raza peligrosa que "campan por las calles sin correa ni bozal", amén de la nula recogida de sus excrementos. Deterioro del arbolado y el mobiliario urbano, bancos arrancados, robados y destruidos, pintadas y manchas de espray, ropas tendidas en ventanas, balcones y colgadas en estructuras de toldos. "Nos vemos obligados cada año a quitar pintadas, repintar balcones, etcétera, con el fin de cumplir ordenanza y mantener una casa exteriormente adecentada".
Comportamientos reprochables en un espacio colindante "con el segundo Cuartel en importancia de España". Altavoces bluetooth con música en balcones y coches... Y, en medio de todo este escenario, "muchas familias veteranas que aún vivimos y que llevamos 50 años en la zona no queremos culpar pero sí buscar soluciones, que existiendo Leyes, policía, normativas y ordenanzas municipales debamos vivir día a día con este resumen de problemáticas que nunca tuvimos", por lo que apelaban a que el ayuntamiento le ayudara a corregir esa indefensión. Solicitaban una entrevista con la concejala, sin respuesta según aduce lacónico Miguel.
AGRAVADO EN LOS ÚLTIMOS MESES
El problema del agua se ha agravado en los últimos meses. El 16 de noviembre, los vecinos a través de su representante exponen en una solicitud con el encabezado de Derechos y Servicios a la Ciudadanía la situación al Ayuntamiento. "Abastecimiento de Agua Potable. Pedimos disponer de la normalidad o mínimos, años con poquísimo caudal, pero agravado en los últimos seis meses, ya que estamos impedidos de llevar una vida normal, puesto que no hay calefacción por la falta de presión, no podemos ducharnos en invierno por falta de agua caliente o tibia, no siempre funciona la lavadora (no carga agua), etcétera. No podemos fregar cuando queremos, sino cuando sale algo de agua por el grifo, las 24 viviendas y familias afectadas estamos rozando la inhabitabilidad por falta de un servicio público contratado al que contribuimos pagando el IBI y facturas de agua, por un bien que no recibimos en un estado óptimo de caudal. Por todo ello los presidentes de Miguel Fleta 40 escalera 2ª y escalera 3ª, representando a todos los afectados, pedimos se subsane con premura la falta de un servicio contratado correcto, ya que además es constatable y comprobado por personal cualificado que la presión que llega al edificio 2 y 3 es de tan sólo 1 kilo de presión cuando deberíamos tener 4 kilos". Agrega que "el segundo bloque (escalera 3), afectado por los mismos motivos, también solicita revisión de tramos de agua general cuyo material es de uralita, "cancerígeno" constatado, y revisión de arquetas o alcantarillado, pues cuando llueve no tragan, ocasionando pequeñas inundaciones persistentes en el tiempo, el mantenimiento y limpieza no nos corresponde. Por todos estos servicios se nos cobra, por lo cual solicitamos rápida y correcta actuación municipal".
Al igual que la anterior misiva, la callada por respuesta. Miguel, que recuerda que el consistorio tardó 3 años en arreglar unas baldosas arrancadas debajo de los balcones, ha tenido como toda interlocución municipal un "encuentro" en SER Aragón Huesca hace apenas nueve días. No le dejaron apelar directamente, sino con una pregunta grabada (normas del programa de participación ciudadana), y el alcalde recordó que el concejo había intervenido en la calle Valencia y le sugería que las comunidades instalaran un grupo de presión. Miguel aduce que, independientemente de que un grupo de presión es innecesario en bloques con tres alturas, "lo que tiene que hacer el ayuntamiento es devolver una presión normal de 4 kilos, como en el resto de la ciudad, para que puedan ducharse y encender la calefacción". Como disfrutaban antes de la obra en la red general. Él, por lo pronto, ha tenido que comprar unos radiadores. "Es ilegal estar sin luz ni agua en condiciones. Cuando entras en un piso, es imprescindible para la cédula de habitabilidad". Si quiere disponer de agua con una cierta fuerza, ha de levantarse a las 3 de la madrugada. La caldera no funciona. Durante bastantes horas al día, el hilo líquido es imperceptible, cuando no inexistente. La desesperación ataca a estos vecinos, algunos de ellos ya 40 o 50 años en este edificio y un barrio al que quieren. Los únicos de los que no hay queja expresa son los okupas, que haberlos, lo que se dice haberlos, haylos. Podría concluir como la serie: "Aquí no hay quien viva".