El atractivo de Nocito y su entorno es incuestionable. El Club de Montaña Javieres de Huesca volvió a constatarlo este sábado, con un brillante inicio de temporada que les llevo a recorrer 19 kilómetros con vistas a sierras, barrancos, valles y pueblos, cargados de belleza y de significación histórica.
A las 6,30:, la organización comenzó ya con los preparativos en el Refugio de Nocito para dar la bienvenida a los 120 participantes de esta segunda edición y entregarles las acreditaciones y las bolsas con los avituallamientos.
La mañana fue espectacular, la dana dio una tregua a los andarines para poder caminar por estos parajes únicos sin paraguas ni chubasquero y poder disfrutar del paisaje reverdecido con las intensas lluvias caídas recientemente.
Los caminantes aguardaban impacientes la salida en la plaza junto al Refugio , al lado de la iglesia románica de San Juan. Después de varias consignas e instrucciones sobre el recorrido, a las 8:100, comenzó la marcha atravesando la localidad de Nocito y tomando rumbo ya por sendas hacia las localidades de Bentué y Used. En esta última, como estaba previsto, tuvo lugar el primer avituallamiento a las 10:00.
Después de recuperadas un poco las fuerzas y escuchar los comentarios de los participantes de la belleza del lugar, se retomó la caminata por un pàisaje exclusivo, ascendiendo hacia el despoblado de Azpe por el barranco de Used, rodeados de pinos y bojes.
Una pared que se mantiene rígida, resistiendo como puede al paso del tiempo, les dio la bienvenida a Azpe con las ruinas de la torre de la iglesia de Santiago al fondo, rodeada de Prunus spinosa (Las endrinas son el fruto del endrino, un arbusto con flores y ramas espinosas). ¿A quién no se le encoge el alma al pasar por estos lugares, estratégicamente ubicados en lo alto del valle, que tuvieron vida hasta mitad del siglo pasado y ahora son terreno de arbustos y zarzas?. Quedarán grabados, seguro, en nuestra memoria.
Seguimos ruta por terreno de pastos, pinares, bojes y quejigos, donde nos encontramos con ejemplares de estos centenarios. Si pudiésemos enchufar un "pc" a sus raíces cuánta información nos transmitirían, la mayoría historia cargada del trabajo duro y vivir austero, con mucha nostalgia y sentimientos, sin duda alguna.
Menos de un par de kilómetros nos separaban del siguiente pueblo abandonado, Abellada. Entramos al despoblado cruzando el Barranco del mismo nombre y por la fuente del pueblo, que se mantiene protegida gracias al buen uso que hacen de ella los caminantes.
A la salida nos esperaban Manolo y Tirso con el almuerzo, bocadillos de jamón con pan tierno. Una odisea han tenido que pasar para llegar puntuales, junto con el vehículo de Protección Civil, hasta este punto, atravesando caminos y pistas degradadas que han hecho una aventura del recorrido. Son las 11:30 un bonito lugar y muy buena hora para almorzar.
Media hora de descanso y el cuerpo se pone de nuevo en movimiento para disfrutar de las vistas del valle y el imponente Tozal de Guara, hoy cubierto intermitentemente con la "boina" de boira que le caracteriza.
Desde las laderas sur de la Sierra de Aineto, por donde discurre el GR-1 y el camino de San Urbez, seguimos en dirección oeste hacia sus próximos objetivos, Pardina Latorre y el Santuario de San Urbez. Aquí les esperan Niko y Tomás con el último avituallamiento de la jornada, refrescos y fruta (13:30).
El cansancio acumulado se disipa solo pensando que restan 2 kilómetros y todos hacia abajo para llegar de nuevo al refugio, punto de partida, y disfrutar de la paella que nos han preparado como colofón de esta jornada deportiva que ha discurrido por uno de los valles más bonitos de nuestra Comunidad y , por qué no, de España.
Os invitamos, ya, a la tercera edición.