El retorno del fin de semana festivo y vacacional de julio en el Pirineo oscense está provocando importantes retenciones de tráfico en la tarde de este domingo en los accesos a Sabiñánigo y en la zona final de la A-23, edonde aún no se ha completado el trazado de la autovía.
Los principales problemas de circulación se concentran en la N-330, con 8 kilómetros de congestión en Lanave y otros 5 kilómetros en Sabiñánigo, además de 2 kilómetros más de retención en la N-260, también a la entrada al enlace de la N-330 en la capital del Alto Gállego. En total, más de 15 kilómetros de retenciones afectan al tráfico en el corredor de salida del Pirineo.
Este cuello de botella se produce en el tramo pendiente de la A-23 entre Lanave y Sabiñánigo, de 8,5 kilómetros, cuyas obras siguen en ejecución. El Gobierno de España adquirió el compromiso de reducir los plazos con el objetivo de finalizar este tramo antes de dos años, pero mientras tanto, las retenciones siguen repitiéndose en cada fin de semana de invierno y verano, agudizado cuando coinciden con la operación retorno del verano.
La situación genera malestar entre los usuarios y afecta especialmente al sector turístico del Pirineo, ya que la falta de conexión completa por autovía dificulta la accesibilidad y provoca importantes demoras en momentos de máxima afluencia.