Incendios, por qué los montes se han convertido en selvas por el déficit del pastoreo

Las cabras y las ovejas forman parte de la solución de una adecuada gestión forestal

22 de Julio de 2022
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Cabras y ovejas, parte de la solución para evitar que los montes se conviertan en selvas en llamas

EL PAÍS, 23 de agosto de 1994. "Un fuego sin control acecha el monasterio románico donde yacen los reyes de Aragón". Los vecinos de los enclaves de la sierra de San Juan de la Peña abrieron sendos cortafuegos a la desesperada, temerosos de que el incendio llegara a los monarcas de los siglos XI y XII, después de que en horas borrara de la faz de la tierra bosques de pinos y robles, reses y una casa. Fue un año duro en el que se pusieron de manifiesto las deficiencias de la gestión forestal, y también las diferencias entre las políticas de las comunidades autónomas. Los análisis sociológicos cifraron en su acierto buena parte del éxito electoral de Manuel Fraga Iribarne en Galicia un año después, una comunidad que, durante años, fue pasto de las chispas intencionadas, la acción de especuladores, las sospechas de manos negras y la barbarie de los pirómanos. Se acuñó una expresión muy certera: "Los incendios del verano se apagan en invierno". La prevención es lo más seguro, lo más sostenible e incluso lo más barato.

En ese julio de 2022, volvemos a estar atemorizados por unas llamas inconmensurables, altísimas, destructivas. Mueren bomberos, fallecen lugareños, se desata la polémica de profesionales-voluntarios, se obvia injustamente el papel de los agricultores en la extinción con la disposición de todos sus recursos y tímidamente se atiza un debate trascendental: ¿no es el pastoreo la constatación de que los incendios del verano se apagan en invierno? ¿No es una cierta inviabilidad de la ganadería extensiva, especialmente en ovino y caprino, la razón del abandono de los montes a su suerte?

UNA CLASE PRÁCTICA

En la severidad del inicio de la tarde, inicio una clase práctica con Isidro Ara en El Cobertizo. Todoterreno de ganadero, sin aire acondicionado, la verdad es que la ventanilla abajo alivia el calor y ayuda a apreciar los detalles que Isidro, en tono profesoral, señala. Me hace ver un monte que no ha sido usado por los rebaños, peligrosamente exuberante de vegetación, color verde oscuro, y al otro lado otro que "corren" sus ovejas, limpísimo, esto es, sin riesgo de un gran fuego. Es la cara y la cruz, apenas separadas por un centenar de metros en línea recta. La conversación fluye. Sin un tono acerbo de queja, Isidro describe los obstáculos para la ganadería extensiva, singularmente para el ovino y el caprino. Tiene cuatro vehículos todoterreno más un camión: los 2.000 euros que gasta ahora en combustible han encarecido este coste tres veces respecto a hace un año. El pienso, que es necesario en muchos momentos del año, se ha disparado. Todo es más caro, y eso que no se dedica al pollo, cuyo gasto energético para el engorde se ha catapultado exageradamente. Emplea a cuatro pastores y ha de alquilar montes para que vacas, ovejas y cabras pasten. En Canfranc en verano para las vacas, en Loscorrales-Ayerbe, en Pertusa y Torresecas para los corderos. El uso de algunos se eleva a seis o siete mil euros. Isidro gestiona unas 2.000 ovejas, 250 cabras y 180 vacas.

En la tormenta perfecta contra esta actividad, se cruzan más factores. Subvenciones insuficientes y promoción escasa del consumo de cabrito o cordero. Un cabrito se vende por 65 euros en Navidad y entre 40 y 45 fuera de esa temporada. Inviable su sostenimiento a esos precios. El relevo generacional es otra debilidad. "Los jóvenes prefieren la agricultura e ir en tractor, es más cómodo. Esto es más sacrificado". Y algunas injerencias externas. "Los cazadores no hacen sino quejarse de nuestros rebaños. Dicen que las esquilas les espantan la caza. Sólo nos falta eso". Un último problema: muchas cadenas compran carne de fuera, de animales grandes, sin calidad, sin trazabilidad, sin exigencia sanitaria. Un agravio.

Él, afortunadamente, como muchos otros ganaderos, tiene la fortuna de la seguridad y la seriedad de Cabrero e Hijos y su distribución a través de Supermercados Altoaragón. Le sirve un par de terneras al mes y parte de sus corderos. También vende a algunas otras zonas. Se defiende para vivir en su Esquedas de residencia y para disfrutar de su querencia a los espacios libres y a los animales.

LAS CABRAS, "MÁQUINAS DEL DESBROCE"

Coincide con la apreciación de Jesús Garcés, uno de los grandes promotores del Parque Nacional de Monfragüe, de que la solución contra los incendios forestales está en el pastoreo y un cálculo esclarecedor: un rebaño de mil ovejas elimina cada día 4 toneladas de combustible potencial. En el horizonte, seguimos viendo la diferencia. "Mira ese monte, la cantidad de broza que tiene. Mira ese otro que han corrido nuestras ovejas y cabras, limpio".

Hemos dejado atrás los términos de Plasencia del Monte y Loscorrales, ya estamos en el de Ayerbe. Destino. Ahí está Demetrio. Cabras y ovejas comen sin parar en una franja de vegetación entre sendos campos de colza que ya pisamos. Demetrio, rumano con 18 años de antigüedad residencial en Huesca, les arenga para que salgan. Es hora de sesión fotográfica. Obedecen dúctilmente. Se encaminan hacia el predio que está a media montaña. Van demasiado deprisa. Con la ayuda del perro compañero en el pastoreo de Demetrio, se dan media vuelta. El diálogo discurre hacia el control de los veterinarios, tan exhaustivo que a veces contrasta con la exigencia a la carne que procede de fuera. Chips en crotales en las orejas y en el estómago para controlar su trazabilidad y sanidad. 

En el caso que nos ocupa, Isidro coloca a las cabras en el podio de la prevención de incendios. "Como hacen sendas en monte, comen en ramas y van pasando por sitios más espesos. Hacen senderos muy buenos para la gente y para la montaña. Con ellas habría menos incendios". De ahí que Insista: "O subvencionan las ovejas o las cabras o es antirrentable"

¿Qué conduce a Demetrio a ser pastor, una vida dura, de sol a sol? El luce un moreno zahíno. "Confío mucho en los animales. Me gustan mucho las cabras, son muy inteligentes. Más que las personas. Son leales. La cabra es un buen médico para la montaña. Pueden pasar por la montaña sin hacer daño".

LA ESCUELA DE PASTOREO

Contracorriente, La Estiva Escuela de Pastoreo en San Juan de Plan está dirigida a personas que quieren afrontar un proyecto de futuro ligado a la producción ganadera sostenible y apuestan por una formación especializada y práctica en el Pirineo.

Conocedora de las dificultades de la atracción a las capas jóvenes de la sociedad como alternativa, promueve el "pastoreo multiactivo", que contempla conocimientos, herramientas y recursos sobre el terreno en materias diversas que le permitan desarrollar su trabajo más allá, incluso, del manejo de ganado. Criterios éticos de bienestar animal y de responsabilidad ecológica. En el fondo, una manera de no quemar los montes ni abrasar nuestra comodidad.

 

 

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