El presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Isaac Claver, ha asegurado que no ha participado este miércoles del acto de apertura del último tramo de la autovía A-22 entre Huesca y Siétamo “por principios y coherencia”. Con esta decisión, expresa el malestar existente en la provincia por todos los años de retraso acumulados en la ejecución de una infraestructura clave para la seguridad vial y el desarrollo económico del Alto Aragón. A la misma hora el presidente de la DPH y alcalde de Monzón ha asistido al acto de inauguración de la empresa RCD circular en la capital del Cinca Medio.
“Me alegro de la conclusión, por fin, de la autovía pero, me parece una falta de vergüenza absoluta organizar un acto de inauguración como si la obra hubiera sido un éxito. Esta autovía y, en concreto, este último tramo ha sido una falta de respeto a nuestra tierra. Años y años de retraso en nuestra provincia y, mientras tanto, vimos como la parte catalana se acabó a tiempo. Mi ausencia es la forma más coherente de mostrar la indignación que compartimos la mayoría de la población”, ha manifestado Claver.
El presidente de la DPH ha recordado que la autovía no es un caso aislado, sino “un ejemplo más del abandono que sufre el alto Aragón por parte del Gobierno de España, como también lo son los problemas y retrasos crónicos del AVE o el desmantelamiento progresivo de la línea de tren convencional entre Zaragoza y Binéfar, sin que desde el Ministerio muevan un dedo para mejorar la situación”.
Claver ha lamentado que “los desvíos provisionales durante estos años han provocado graves problemas de seguridad, con vuelcos de camiones, accidentes e incluso víctimas mortales, además de generar un auténtico cuello de botella para la actividad logística y empresarial de la provincia”.
Isaac Claver que, como muchos vecinos, utiliza habitualmente este trayecto en sus desplazamientos, ha subrayado que “entiendo perfectamente y comparto la frustración de los ciudadanos ante esta demora, y por eso actúo en consecuencia: mi ausencia en el acto es actuar de forma coherente y una manera de poner voz al sentir general de la ciudadanía altoaragonesa que ha sufrido el abandono con el enorme retraso de esta obra”.