El tren de media distancia entre Zaragoza y Huesca se ha llenado de tal forma ya desde las estaciones zaragozanas que tras su paso por la de Goya ya mostraba un lleno muy por encima de la disponibilidad de asientos.
No es la primera ocasión en la que enseñamos fotografías de este calado, con jóvenes arracimados y sentados en los pasillos para realizar el trayecto hasta Huesca, con previsión de llegada a las 15:28.
De hecho, el indisimulado enojo de algunos pasajeros obedece a que no son asiduos en determinadas horas en la conexión entre las capitales, especialmente en las que coinciden con la salida de trabajadores y de estudiantes que vienen hacia Huesca, donde residen.
Cabe recordar que el modelo actual, después de la gratuidad que ha imperado en los dos últimos años, consiste en mantener el coste cero para los menores de quince años y descuentos de entre un 40 y un 70 % para el resto de usuarios, en concreto del 70 % para los jóvenes de entre 15 y 26 años, y un 40 % para el abono mensual general.
Una manera de promover el uso del ferrocarril, al final, puede encontrarse con estos inconvenientes e incomodidades que cuestionan la triunfal visión del ministro sobre la calidad y seguridad del sistema, como explica precisamente el autor de la fotografía de este mediodía.