Se hizo famoso en el siglo XVII Jean de la Bruyere por una obra sola, "Los caracteres o las costumbres del siglo". Un libro que dejó para la posteridad una asociación entre la impartición de la justicia y el tiempo preciso: "Una cualidad de la Justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia". So pretexto de las garantías del sistema, las causas se retrasan mucho más allá de lo razonable, hasta el punto de que la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en su última reforma, reclama diligencia para evitar demoras indeseadas por cuanto afectan a la integridad de los ciudadanos.
Al complejo arrastre de la maquinaria de la Justicia contribuyen las estructurales limitaciones de recursos, fundamentalmente humanos, las deficiencias organizativas desde las administraciones y otras organizaciones, y también las coyunturales adversidades que en los últimos tiempos han provocado un auténtico tsunami.
La decana del Colegio Oficial de Abogados de Huesca, Ana Soria, expresa el magma en el que se ha convertido la regencia de las entidades colegiales, organizadoras por potestad legal del siempre polémico Turno de Oficio (eso sí, con los fondos consignados por el Gobierno de Aragón), sufridoras de otros conflictos aledaños como el mutualismo cuya asamblea general celebrada en Madrid el fin de semana ha podido acabar como el rosario de la aurora.
LA TRIADA
En los últimos tiempos, se ha ocasionado un tsunami, una tormenta perfecta, que ha castigado a la profesión abogacial. Primero fue la pandemia con la obligación de suspender multitud de juicios. Posteriormente, "ya nos recuperábamos y la huelga de los Letrados de Administración de Justicia fue un mazazo". Sin tiempo a recobrar fuerzas, "llega la huelga de funcionarios, que es evidente que no es total ni afecta a todos los funcionarios, pero cuyos efectos lacran nuestra actividad".
Ana Soria explica el desasosiego por los perjuicios que está causando a los abogados. "Están llegando ya señalamientos de juicios que eran inminentes y se trasladan al año que viene. Los profesionales son los que pagan el pato, porque no cobran hasta que no concluye la causa para sus defendidos. Hay que pensar que cada mañana, cuando abrimos el despacho, empezamos a sumar gastos".
Esto sucede para los 280 abogados que se reparten entre los partidos judiciales de Huesca, Jaca, Boltaña, Fraga, Barbastro y Monzón. "Hay juzgados que están suspendiendo todos los juicios y tardan meses e celebrarlos. Lo paga el cliente y lo pagamos nosotros. La sucesión de huelgas, desde los LAG hasta los de funcionarios, nos está castigando a nosotros y a los clientes. Y conste que, desde el colegio, entendemos y respetamos el derecho de huelga, pero con nuestros clientes sufrimos esta situación".
Los juicios civiles (de familia mercantiles,...) están siendo suspendidos en un porcentaje importante. No así, como es lógico, los penales en los que hay detenidos, o los juicios rápidos por violencia de género y otras casuísticas que se dirimen en primer lugar en las guardias de los abogados. Recuperar la normalidad, concluye la decana, será cuestión de tiempo. Y todo un colectivo, el de los abogados, pena por la dificultad para cumplir su misión ante el cliente, el primer y último gran damnificado.