Las limpiadoras, de imprescindibles a "no valer nada". Irene Lázaro es la responsable provincial de Huesca de la Federación Hábitat Aragón, antes denominada federación de Construcción y Servicios, de Comisiones Obreras.
Esta temporada, el eje central de su actuación está en esas 4.000 trabajadoras que, en esta provincia, han sido convocadas a la huelga desde el 16 de enero. Mujeres cuya labor se inscribe en la limpieza de edificios y locales.
Localizo a Irene en la planta baja del local sindical, afanada en terminar unos carteles de protesta y en conciliar, a la vez. Tras las fotos pertinentes, iniciamos la charla.
Cuenta Irene que este importante sector (en número y calidad de trabajo) queda sin convenio el 31 de diciembre del 2017. Y que inician negociaciones en el 2018, consiguiendo acordar un convenio colectivo nuevo en Junio del 2019, si bien un mes más tarde el Gobierno de Aragón tumba el convenio por la actuación de Afelin, una de las patronales del sector, que alega falta de representatividad.
Llega la pandemia. Tras ella, en febrero del 2022 en el que se inician nuevas negociaciones que se dan por rotas con la ausencia de la mesa de la parte empresarial, que alega para ello que el AENC (acuerdo estatal para la negociación colectiva) está paralizado.
Las trabajadores exigen cobrar el Salario Mínimo Interprofesional, en concreto que el salario base se iguale al SMI. La patronal dice que ni hablar, que, si cobran algún plus ya llegan a esa cuantía. Y, entre tanto, el asunto está en el Supremo. Otras cuestiones tales como las vacaciones de días hábiles (y no naturales) o una reducción de la jornada laboral están también en juego.
Estas mujeres tan imprescindibles hace sólo unos meses, en los pandémicos, parece que ya no valen nada. Ni ellas ni su trabajo. A pesar de lo insistente y lo impactante de sus actuaciones (patatada y fútbol incluídos) no parecen contar con la atención que los medios de comunicación debieran proporcionar. Y eso, mientras clínicas privadas, colegios, universidades, oficinas y otros locales ven su entorno avisar de los efectos que la huelga produce en forma de suciedad y dejadez.
A pesar del esquirolaje sobrevenido de algunos profesores que, en estas circunstancias alientan a ser "muy limpios" al alumnado en vez que darles la lección ocasional que merece la situación. Algo así como el espíritu crítico, la defensa de las condiciones laborales y, en suma, el derecho a que toda persona disponga de un lugar bajo el sol.
Una hora después de iniciada la charla dejo a Irene respondiendo al teléfono. Nuevos ánimos que le llegan por ese medio La moral está alta, aún a pesar de los descuentos abusivos que les hacen por cada día de ejercer ese derecho. En unas horas, nueva concentración.