La doctora María José Martínez Pérez, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), ha sido galardonada con el Premio Nacional de Investigación para Jóvenes 2025, galardón que es otorgado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Martínez Pérez, física oscense, se convierte así en la “primera investigadora aragonesa” que logra este reconocimiento, concedido en la modalidad Felisa Martín Bravo, específica para las Ciencias Físicas de los Materiales y de la Tierra. El premio, que celebra su trayectoria en instrumentación científica avanzada, transferencia tecnológica e independencia científica, será entregado formalmente durante una gala la próxima primavera.
La noticia ha supuesto una "absoluta sorpresa" para la científica, que "no lo veía venir", ya que ni siquiera sabía si su candidatura había sido presentada por otra persona como requiere el proceso.
La investigadora, en una entrevista con este Diario, ha descrito la notificación como "un susto". Cuando recibió la llamada preliminar de una secretaria que le anunció que en 10 minutos la llamaría la ministra, Diana Morán, ella estaba en el colegio de sus hijos hablando con un profesor y llegó a pensar que aquella comunicación igual podría responder a que había hecho algo mal.
LA MUJER Y LA CIENCIA
Nacida en Huesca en 1983, la doctora Martínez Pérez cursó sus estudios en el Colegio Santa Rosa y el Alto Aragón. Se doctoró en Física por la Universidad de Zaragoza en 2011. Posteriormente, desarrolló una importante trayectoria internacional, incluyendo una estancia de tres años en el laboratorio NEST de la Scuola Normale de Pisa (Italia), y otros tres años en la Universidad de Tübingen, Alemania, con una beca Humboldt.
Regresó a Aragón en 2017 gracias a un contrato permanente de la Fundación Araid (Agencia Aragonesa para la Investigación y Desarrollo), y se estableció en el INMA, un instituto mixto CSIC-Universidad de Zaragoza.
Aunque la investigadora comenta que su inclinación por la ciencia viene de familia -pues sus hermanas se han dedicado a la investigación y la enseñanza, facilitándole el acceso al mundo del conocimiento desde pequeña-, reconoce que la física sigue siendo un campo “muy minoritario” entre las mujeres.
Señala que la cuántica es, de hecho, “una de las ramas más masculinizadas” dentro de la física. Aunque no cree que sea más difícil por el hecho de que la escojan mayoritariamente hombres, considera que esta circunstancia y la fama de ser una disciplina complicada, “puede ahuyentar a que entren más mujeres”.
Martínez Pérez también destaca la importancia de la creatividad y la “intuición” en la investigación, a veces más cruciales que entender las matemáticas complejas.
La investigadora, antes que recomendar a las chicas que se inclinen por esta especialidad, sostiene que "lo importante es que la gente se pueda dedicar a lo que más le apasione”, algo que debe ser posible “independientemente de dónde vengan y de su contexto social”.
En cuanto a su exitosa carrera, cabe destacar que, además del Premio Nacional, Martínez Pérez ha sido galardonada previamente con el Premio Aragón Investiga para jóvenes investigadores (2017) y el Premio Investigador Joven en Física Experimental (2020).
En el verano de 2020, también se le adjudicó una Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación valorada en 1,8 millones de euros, destinada al estudio de propiedades cuánticas y sus posibles aplicaciones.
CONFERENCIA EN VILLAHERMOSA
Precisamente, este viernes, 3 de octubre, se inaugura en la Fundación Ibercaja Palacio Villahermosa (Plaza Conde de Guara) una exposición sobre esta materia con una charla titulada "¿Por qué la naturaleza es tan rara?", que tendrá lugar el viernes a las 19:00.
La conferencia, que busca explorar cómo la mecánica cuántica nació de preguntas aparentemente simples, como "¿por qué una bombilla emite luz?" y cómo resolvió fenómenos que la física clásica no podía entender, será impartida por el doctor Luis Martín Moreno, Profesor de Investigación del CSIC y vicedirector del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA).
María José Martínez Pérez presentará al doctor Martín Moreno, quien además es académico de la Real Academia de Ciencias de Zaragoza y experto en transporte cuántico.

APORTACIONES ORIGINALES
El jurado del Ministerio ha reconocido las “aportaciones originales en el campo del magnetismo, la superconductividad y la computación cuántica” de la doctora Martínez Pérez. El foco de su trabajo está puesto especialmente en la superconductividad a escala nanométrica, abordada por la investigadora "desde una perspectiva poco común". En términos generales, la científica se dedica a realizar investigaciones experimentales, con las que busca aplicaciones prácticas en el mundo de las tecnologías cuánticas, basándose en fenómenos que ocurren en “materiales magnéticos y superconductores”.
La tecnología cuántica busca ofrecer aplicaciones que solo son posibles gracias a que la materia funciona en escalas "casi atómicas". El objetivo es aprovechar fenómenos como el entrelazamiento y la superposición para crear "sensores más sensibles o nuevos circuitos, nuevos ordenadores" que permitan resolver problemas "de manera muy eficiente".
María José Martínez ha explicado que el mundo cuántico es, al fin y al cabo, lo que rige las propiedades de todos los materiales a través de sus estructuras atómicas y electrónicas. Simular este comportamiento es muy poco eficiente usando objetos clásicos (como nuestros ordenadores), siendo más efectivo hacerlo con unidades que ya sean cuánticas.
La labor concreta de Martínez Pérez consiste en buscar soluciones a los problemas que enfrenta la carrera por los ordenadores cuánticos. En esta "carrera muy competitiva", en la que participan gigantes como IBM y Google, además de gobiernos y universidades españolas (sobre todo en Cataluña y País Vasco), la investigadora opta por “métodos alternativos”. La mayoría de la comunidad investigadora utiliza materiales superconductores, mientras que Martínez Pérez utiliza materiales magnéticos.
Es consciente de que el desarrollo de la computación cuántica es un “camino larguísimo y lleno de problemas”, cuyos frutos podrían tardar varias décadas en llegar; se estima que "podría ser utilizable por las personas dentro de 30 años".
Sin embargo, el impacto futuro sería inmenso. Si llega a existir, permitirá realizar “simulaciones realistas de materiales”, lo cual es fundamental para el diseño de baterías, fertilizantes y medicamentos, al permitir predecir el comportamiento de nuevos materiales basándose en sus componentes últimos: los átomos y electrones. Además, la tecnología cuántica sería clave para resolver "problemas de optimización" en áreas como la logística (para optimizar caminos y ahorrar energía) y las finanzas.
TAREA COLECTIVA
La científica oscense ha enfatizado la importancia de la colaboración en su disciplina, afirmando que hoy en día, “una persona sola creo que es incapaz de hacer prácticamente nada”. Ha subrayado que "galardones como este son el fruto del trabajo de muchas personas, ya que la investigación es una tarea comunitaria”, además de requerir una "cierta dosis de suerte".
Martínez Pérez destaca que el premio proporciona “un aporte extra de visibilidad" a su investigación y a su campo precisamente porque 2025 ha sido declarado “Año Internacional de las Ciencias y las Tecnologías Cuánticas”. Además, admite que estos reconocimientos son cruciales para que los investigadores tengan acceso a financiación para sus proyectos.
Ha salido a colación la Inteligencia Artificial y Marísa José Martínez ha apuntado que, aunque la IA está muy presente en el quantum machine learning, en su pequeña área de este campo, "casi no influye mucho", al menos de momento.