La Arboleda Singular de Biscarrués se convirtió este pasado sábado en un aula al aire libre con la jornada organizada por la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, dentro del programa Actividades de naturaleza. La cita reunió a más de medio centenar de participantes, muchas familias con niños, que disfrutaron de una experiencia de aprendizaje y contacto directo con el medio ambiente.
La actividad de la mañana estuvo dedicada al anillamiento científico de aves, una práctica que despertó gran expectación. En total se anillaron 46 ejemplares de distintas especies, lo que permitió mostrar la riqueza ornitológica del entorno del río Gállego. Entre ellas destacaron el martín pescador —que sorprendió por sus vivos colores y singularidad—, la curruca capirotada (21 ejemplares), el petirrojo europeo (3), el herrerillo común (4), el carbonero común (4), la curruca mosquitera (5), el papamoscas gris, el papamoscas cerrojillo o la lavandera cascadeña.

El contacto directo con las aves despertó la curiosidad de los más pequeños, que pudieron aprender de primera mano la importancia de conservar la biodiversidad y los ecosistemas de la zona.
Por la tarde, el naturalista Pablo Vallés guió un paseo interpretativo que permitió a los asistentes descubrir los secretos de la migración otoñal y otros valores naturales de la ribera del Gállego. La experiencia, de nuevo, contó con un público muy participativo.

Desde la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos han valorado la jornada como “muy positiva” y han agradecido el "interés y compromiso con la naturaleza de los vecinos y visitantes", así como el apoyo de la Comarca Hoya de Huesca, que financió la actividad.
Estas actividades refuerzan el papel de la Arboleda Singular de Biscarrués como un espacio de gran valor para la educación ambiental y el disfrute en familia, además de contribuir a poner en valor la riqueza natural del territorio.