El expresidente de la Diputación Provincial, Miguel Gracia Ferrer, ha acusado a la vicepresidenta segunda actual, Celsa Rufas, de "mentir" al asegurar que él no había transmitido a su grupo los acuerdos a los que había llegado con el nuevo mandatario de la corporación, Isaac Claver. Gracia lamenta que el propio Claver "ratificara, apoyara y validara dicha mentira" con su silencio en el turno final.
Miguel Gracia ha redactado un comunicado de ocho puntos tras el pleno del 11 de septiembre en el que se aprobó el Plan Impulso y se produjo un enfrentamiento dialéctico entre los dos partidos que integran la institución. "No alcancé ni llegué a ningún acuerdo con el actual presidente, Isaac Claver, alcalde de Monzón, con el cual me reuní en dos ocasiones: una siendo yo presidente en funciones y otra cuando él era ya presidente y yo ex presidente", afirma en primer lugar.
Asegura el expresidente que en los dos encuentros puso "a su disposición toda la información que se nos solicitó, así como le manifesté la situación de la corporación provincial y mis puntos de vista sobre ejecución presupuestaria, fondos europeos, proyectos vinculados a la nieve, Festival Pirineos Sur y su propuesta de premio, proceso de la nueva fórmula de gestión de TuHuesca, compromisos de pruebas deportivas como la Vuelta Ciclista a España, proyecto de inversiones del SPEIS, etcétera".
El dirigente socialista alude a otra cuestión fundamental. "Se comentó el régimen económico de los grupos y otras cuestiones de funcionamiento interno, así como lo referente a los acuerdos sobre las subvenciones nominativas para los Ayuntamientos. No hubo ningún acuerdo en este último punto. Y le comuniqué que “yo me apartaba definitivamente del tema” y que en cualquier acuerdo o avance en las negociaciones, el referente sería el actual portavoz, Antonio Biescas, quien me acompañó en la primera reunión que mantuvimos".
Sostiene Miguel Gracia que las reuniones fueron "absolutamente distendidas y en un clima de normalidad institucional de traspaso de poderes". Desde entonces, agrega, no se ha pronunciado políticamente al considerar que "un ex presidente debe ser prudente en sus declaraciones" y ha de entender el reparto de responsabilidades entre gobierno y oposición.
Si ha roto su silencio, asegura, es "al ser acusado por la vicepresidenta segunda del PP, Celsa Rufas, al asegurar que Miguel Gracia no había transmitido a su grupo los acuerdos a que había llegado con el presidente actual, Isaac Claver, en el debate del pleno de ayer de la corporación provincial. La señora Rufas miente en esta afirmación. Reitero que no llegué a ningún acuerdo y así se lo transmití a mi grupo".
Manifiesta su "profundo pesar" por el hecho de que Claver, en su última intervención, "no corrigiera las afirmaciones de la vicepresidenta segunda, Celsa Rufas, sino que con su alocución final ratificara, apoyara y validara dicha mentira".
Finalmente, proclama que, durante los ocho años de su presidencia, cuando yo ejercía la vicepresidencia, ha "buscado consensos con el PP y con el resto de los grupos políticos que han conformado las diferentes corporaciones, cuestión que considero fundamental para esta provincia y para la gente que vive en ella".