El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, ha presidido la solemne eucaristía con la que la Guardia Civil de Barbastro ha celebrado su patrona, la Virgen del Pilar. La Catedral de Barbastro ha reunido a miembros de la Benemérita, con jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Barbastro, el capitán Raúl Valadés, a la cabeza; el alcalde de Barbastro y concejales, autoridades civiles y numerosos fieles.
Ángel Pérez ha recalcado la destacado la vocación de entrega al bien común y su servicio a la sociedad de la Guardia Civil, citando la frase de su himno "Instituto, gloria a ti, por tu honor quiero vivir…”, que calificaba como un "acto de fe y una llamada a la esperanza" en un tiempo donde la fidelidad y la palabra dada a menudo se relativizan.
Monseñor Pérez Pueyo ha incidido en valores que identifican a la Benemérita el honor, entendido no como vanagloria sino como "fidelidad silenciosa"; la lealtad a la ley y a la bandera, pero sobre todo "a los compañeros, al pueblo y a vuestra conciencia"; la firmeza y constancia para los perseverantes frente a la complejidad; y el amor y servicio, que llevan a los agentes a velar por los demás incluso "a costa del propio descanso o de la propia vida".

En su intervención, Ángel ha hecho un paralelismo entre la advocación mariana del Pilar y la misión de los agentes, refiriéndose a la Virgen como la "columna que sostiene, piedra firme que no se tambalea". En el Pilar, ha aducido, "está la fe firme de María, que no se tambalea ni siquiera al pie de la cruz; la fuerza de quien se mantiene en pie, incluso cuando otros caen, y la misión de sostener a los que ya no pueden más, de guiar al que se ha perdido, de proteger al débil".
De María, ha agregado, se aprende a servir porque es "el modelo perfecto del discípulo de Cristo: oyente, fiel, servicial, orante, madre". Animaba a los miembros del Cuerpo a sentirse identificados con esa imagen, a ser "pilares de paz, pilares de justicia, pilares de seguridad" en un mundo que a menudo tiembla.

Finalmente, ha rogado por ellos, pidiendo que nunca dejen de mirar al Cielo y que sigan siendo "pilares firmes para este pueblo que os necesita". La ceremonia concluía con una oración final invocando la intercesión de la Virgen del Pilar para que la Guardia Civil viva su servicio con dignidad, fidelidad a España y amor a la justicia, "con Dios en el corazón":
"Cada vez que sois un pilar para alguien —para una víctima, para una familia, para un compañero— estáis imitando a la Virgen del Pilar", ha concluido el obispo, recordando que de María se aprende a servir y haciendo entrega al capitán Valadés de una medida de la Virgen.
Agentes de la Guardia Civil han participado activamente en la ceremonia, tanto en la monición de entrada como en la oración final, así como en las preces y ofrendas: el pan y el vino, flores depositadas a los pies de la Virgen y un tricornio, emblema del cuerpo. Además, la Coral Barbitanya ha solemnizado la eucaristía con un repertorio de cantos que han cerrado con el Himno a la Virgen del Pilar.

Virgen del Pilar,
danos vigor, firmeza y constancia;
que el honor nos guíe,
que la paz nos inspire,
y que por tu intercesión,
vivamos con dignidad nuestro servicio,
con fidelidad a España,
con amor a la justicia
y con Dios en el corazón