No parecía que una jornada de agosto, en pleno delirio de entradas y salidas vacacionales, podía ser la fecha más idónea para convocar una concentración. Aun así, eso no ha amedrentado a las dos decenas de personas que, con el número mermado por lo inconveniente del día, han mantenido viva la llama reivindicativa.
Desde aquel ya lejano 30 de octubre de 2019, cuando la amenaza de cierre de las taquillas de la estación montisonense les llevó a agruparse por primera vez, todos los domingos a las 13:00 horas se han concentrado en el apeadero de la estación condenada. Esta concentración se ha sostenido en el tiempo, incluso durante la pandemia, aunque tuvo que suspenderse durante el confinamiento más estricto.
Las taquillas, y con ellas todos los servicios ofertados, se cerraron el 1 de enero de 2020. Pero antes de que pasara un año, se reabrieron, un hecho que no ha sido ajeno a la presión constante y a la insistencia de centenares de vecinos que se han negado a perder el tren.
En este agosto de 2025, las taquillas han seguido en funcionamiento, y tres personas han encontrado empleo en la estación. Eso sí, otras reivindicaciones se han mantenido: que el tren, parado en Binéfar desde la actuación del consejero Soro, continúe hasta Lleida; que se amplíe la frecuencia entre Zaragoza y Lleida; que se habilite un tren directo a Barcelona; y que se haga realidad una línea Lleida–Monzón (¿Rodalies 4?).
La sostenibilidad, la afluencia de trabajadores de cárnicas que han sido transportados en condiciones mejorables, y la posibilidad de mejora de las comunicaciones que permita al estudiantado acceder a universidades que, hasta ahora, les han resultado onerosas, son algunos de los argumentos que han respaldado esa necesidad.