Monzón está experimentando este verano un notable incremento del turismo familiar. Según destaca la concejala de Turismo, Marta Montaner Durán, cada vez son más los visitantes que eligen la ciudad para disfrutar de un plan que mezcla patrimonio, naturaleza y ocio, combinando la visita al castillo templario y la catedral con paseos por el Parque de los Sotos de la Pinzana y una jornada en el parque acuático.
El impulso turístico se ha visto reforzado tras la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional al homenaje templario a Jaime I y Guillem de Mont-rodón, que ha aumentado el interés por conocer el lugar donde se educó el niño-rey. “Una visita que se complementa con la catedral, que fue sede de las Cortes de Aragón”, recuerda Montaner.
La guía del castillo, Tere Mumbiela, confirma que muchos grupos llegan con un plan familiar ya diseñado, en el que el patrimonio histórico comparte protagonismo con actividades de ocio. “Nos preguntan por el parque acuático o por un paseo por los sotos del río Cinca, además de dónde tomar algo en la ciudad. Notamos un turismo al alza que combina historia y patrimonio con el entretenimiento”, explica.
Entre las novedades que pueden descubrir los visitantes en la Oficina de Turismo del castillo figuran donaciones como una gran maqueta de la fortaleza y un casco ceremonial con cimera de dragón, obra de Carlos Lira (Playmoesculturas), que recientemente ha abierto un taller-museo en la plaza Romabelo.
Durante agosto, el castillo abre todos los días de 10.00 a 14.00 y de 16.30 a 19.30 horas, un horario que puede consultarse en la web municipal, donde también se encuentran los datos de la catedral y la venta anticipada de entradas para el parque acuático. Además, en periodos vacacionales se programan actividades especiales como los juegos de “Monzonín” para potenciar la visita familiar.
UNA FORTALEZA CON HISTORIA
Emblema de la ciudad y monumento histórico-artístico nacional desde 1949, el castillo de Monzón conserva huellas de su pasado musulmán, templario y militar. Sus muros vieron crecer a Jaime I “El Conquistador” bajo la tutela de Guillem de Mont-rodón, fueron escenario de asedios y batallas, y aún muestran elementos defensivos de los siglos XVII y XVIII, como baluartes y baterías de cañones.
El recorrido por sus estancias permite descubrir la Torre del Homenaje, la Torre de Jaime I, los dormitorios templarios con grafitos góticos, el templo de San Nicolás, el refectorio-sala capitular y diversos elementos subterráneos y defensivos. Fuera de la fortaleza, se pueden visitar los restos de la iglesia medieval de San Juan y cañoneras de la Guerra Civil.