El AVE Madrid-Huesca sigue batiendo récords de incumplimientos de los horarios previstos y, de hecho, este sábado acumuló un retraso de hora y media.
Sin embargo, como todo puede ser superado, a estas alturas (22:10 horas) no sólo no hay esperanza alguna -como es lógico- de cumplir con lo anunciado -llegada a Huesca a las 21:22- sino que suma 82 minutos de tardanza extra presumible.
La primera incidencia, sea cual sea porque han tardado un tiempo en informar al pasaje, se ha detectado en Guadalajara, donde la espera para arrancar desde la estación alcarreña ha sido agotadora. Los viajeros se quejan de que empieza a ser una rutina en lugar de una excepción. De nada les sirve de consuelo la devolución del cien por ciento de los billetes de ida y vuelta (que por otro lado salen de las costillas de los contribuyentes), porque la aspiración de un viajero es llegar a su destino conforme a sus expectativas, que no son otras que las que ofrece la compañía.
Si a las 20:19 M.B nos comunicaba que estaban parados -¿o varados?- en Guadalajara, 24 minutos después nos indicaba que nuevamente se había detenido la marcha y "nadie nos informa de nada. No sabemos dónde estamos". Seguramente, en un lugar entre las "Castillas" y Aragón. A esas alturas, se ponía en contacto el personal de Renfe para informar de que el tren Madrid Puerta de Atocha-Huesca llevaba 57 minutos de retraso, por lo que las 22:10 sucedían a las 21:22 en las expectativas habituales.
Como no hay dos sin tres -y sin cuatro, cinco...-, a la hora exacta en que tenía que estar en la Intermodal de Huesca (21:22) estaba detenido en Calatayud donde llevaba diez minutos. A las 21:49, la notificación de la compañía apuntaba los 82 minutos aludidos, por lo que la hora prevista hace capicúa y ya es las 22:44, que probablemente no será tal. Ha recuperado tres minutos y hacía su entrada en Huesca a las 22:41.