Como si fueran unos enamorados del ferrocarril, los pasajeros del tren Madrid-Huesca disfrutaron de la oportunidad (pongan ustedes tono de ironía, por favor) de embarcar tres veces en la tarde noche de ayer. De hecho, salieron de Atocha con la "bendición" de Almudena Grandes a las 7:05 y a las 21:17, sin que mediara milagro de ubicuidad superlativa, y luego hubieron de tomar un Avant en Zaragoza Delicias tras quedarse "tirados" en la estación zaragozana a las 23:11 horas, en medio de un enfado considerable.
Tuvo trabajo extra el Servicio de Notificaciones de Renfe. A las 20:30, avisaba. "Su tren 3933 se encuentra detenido debido a una incidencia técnica. Estamos trabajando para solucionarla con la mayor celeridad posible. Rogamos disculpen las molestias". Los ocupantes de los vagones llevaban ya prácticamente una hora con las luces apagadas, reactivadas apenas cinco minutos antes. Sobre la memoria de algunos usuarios, el problema que también habían padecido el 3 de enero. En la tripulación, algunos reconocían que esta unidad del AVE es vetusta y ocasiona problemas serios de mantenimiento. Bastante hacían los pobres con soportar el enojo de todos.
El tren de alta velocidad varado hubo de ser remolcado de vuelta a Madrid, donde reinauguraban los pasajeros el estreno de la ruta, Almudena Grandes mediante. La tendencia centrípeta de las capitales es así, siempre absorbiendo para que nadie escape a sus dominios. A las 21:17, el nuevo ferrocarril, el 3393, iniciaba la nueva tentativa de aproximarse a su destino. Sin embargo, a las 23:11, nuestra fuente nos comunica: "Alucina, que se ha vuelto a romper el segundo AVE, tirados en la estación de Delicias".
Se trata de la segunda gran avería en poco más de veinte días de una de las unidades de AVE más viejas de la flota
La respuesta fue rápida en esta ocasión. A las 23:17 horas, nueva comunicación del Servicio de Notificaciones: "Renfe informa: Debido a una incidencia técnica, su tren Ave 3393 finaliza su recorrido en la estación de Zaragoza Delicias, debiendo transbordar a otro tren para continuar trayecto hasta su destino. Por favor, siga las indicaciones del personal".
Un Avant, menos confortable, más humilde, toma el relevo y, sin prisa ni pausa, atisba y frena en la Estación Intermodal de Huesca, con un buen número de cansados ciudadanos deseosos de coger sus camas. Son pasadas las 00:15 horas de esta madrugada y concluye la odisea, pero surgen las preguntas.
UNO DE LOS PRIMEROS AVE
Siguiendo el hilo reconocido por parte de la tripulación, nos preguntamos por la frecuencia en las incidencias de la línea Madrid-Huesca. La respuesta es clara: se trata de una unidad de más de treinta años que pertenecía a la línea de Sevilla y que, además, lleva a la mitad del pasaje en el sentido contrario a la marcha. Por cierto, en el siguiente video se puede apreciar la llegada de los pasajeros a Huesca.
Un tren, el habitual ayer averiado, en el que se pasa frío, que incluso huele y que se mueve mucho más de lo normal para la flamante flota de la alta velocidad española. Y, claro, un pasajero se pregunta: "Si, como parece, esta línea está moribunda, ¿cómo es que nadie pregunta a Renfe y al gobierno por su voluntad real?". Los perjudicados de la peripecia desagradable de ayer exigen respuestas tanto a la administración central como a la más próxima, el ayuntamiento, que no hace tanto publicaba una nota triunfalista sobre la adaptación de los horarios para mayor operatividad. Quizás sea tiempo de una nueva reunión con el presidente de Renfe, aunque sea para sacarle los colores... o un compromiso real.