Los oscenses han cumplido con la tradición y han acudido a la Iglesia de San Vicente Mártir al tradicional reparto de naranjas, que se ha producido al término de la misa de las 11:30.
Este gesto arraigado tiene su origen en la vinculación histórica entre San Vicente Mártir y la ciudad de Valencia, conocida por ser una región productora de esta fruta y lugar donde falleció el santo oscense.
Tradicionalmente, la eucaristía en honor a San Vicente se realiza de manera alterna en la iglesia que lleva su nombre y en el convento de la Asunción, pero en esta ocasión se ha optado por la Catedral para garantizar una distancia prudencial entre los asistentes, ante la epidemia de gripe y otras enfermedades infecciosas.
La Iglesia acoge una nueva misa a las 18:30.