Los oscenses siguen fieles a la tradicional bendición de los animales por San Antón

El barrio de San Lorenzo ha repartido cerca de 9 kilos de longaniza, panceta y chorizo en un sabroso almuerzo regado con vino tinto

Mercedes Manterola y Myriam Martínez
14 de Enero de 2024
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Bendición de animales en Huesca por San Antón

Las historias más bonitas sobre animales se han contado este domingo en la plaza Santa Clara de Huesca, donde decenas y decenas de oscenses han acudido con sus mascotas para que fueran bendecidas con motivo de la festividad de San Antón por el salesiano Pepe Domingo Anzano

La cita ha tenido un sabroso preámbulo a las 10:00 de la mañana, con el reparto de un generoso almuerzo entre los asistentes, a cargo de la Asociación de Vecinos del barrio de San Lorenzo. Una hora antes, un grupo de voluntarios se afanaba en freír las viandas y disponer las mesas donde iban a ser servidas.

Daniel Puertas ha explicado que se habían calculado de 8 a 10 kilos de longaniza y otro tanto de chorizo y de panceta, acompañados por vino tinto. "Entre ayer y yo, cien litros", ha precisado, además de los 500 kilos de patatas asadas que se sirvieron el sábado, para acompañar el encendido de la hoguera.

Bien comidos, se ha celebrado la misa a las 11:00 en el convento Santa Clara y tras el acto religioso se ha procedido a la tradicional bendición de animales, perros, caballos, gatos, periquitos y otros pájaros, tortugas y hámsteres, entre los más abundantes. La alcaldesa de la ciudad, Lorena Orduna, ha asistido, así como otros ediles de la corporación.

Como desde hace más de 40 años, no podían faltar los caballos de la Hípica de Salas, con Kiko Gregorio al frente. Han sido los primeros en recibir el agua bendita. "El caballo es un ser reflexivo, muy bueno y con una memoria de elefante, muy agradecido a las caricias".

Natalia ha acudido con Tirita, un cruce de yorkshire y bichón maltés. "Teníamos una perra que se muró y es la que nos curó las heridas", ha explicado.

Jaime portaba una jaula con sus periquitos, Plumitas y Tomi. Le gusta estar con ellos, aunque no se ha planteado el porqué, y ha explicado que intentan dejarles volar por la casa, aunque a veces no quieren.

Maribel acompañaba a Ana, su hermana, que sujetaba en brazos a su perrita, Luna. "Ves todo tipo de animales, son tan cariñosos que les quieres muchísimo, hacen mucha compañía. Son mejores que muchas personas y dan mucho amor", ha asegurado.

Yoga es un cruce de mastín y perro pastor. Raúl y su familia "lo adoptaron" hace algo más de dos años, porque formaba parte de una camada de siete cachorros que iban a ser sacrificados, al sufrir su madre una mastitis. "Aunque es un poco cabezón, es muy bueno: el mejor", ha subrayado.

Cuando Raúl era niño, ya acudía a este acto con su abuela y llevaban los gatos y periquitos que tenía en ese momento. Una tradición que perdura y que crece año a año.

 

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