El oso ataca a un rebaño en la zona de Hecho

El ganadero afectado Domingo Laplaza dice que el plantígrado ha matado seis ovejas y una cabra

M. Manterola
31 de Agosto de 2022
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Rebaño que ha sufrido el ataque entre los montes de Alano y Petriza
Rebaño que ha sufrido el ataque entre los montes de Alano y Petriza

El oso ha atacado a un rebaño de 2.100 ovejas y 100 cabras que se encuentran estos días en la zona de Hecho, entre los montes de Alano y Petriza. Seis ovejas y una cabra muertas es el primer balance que hace el ganadero Domingo Laplaza Iguacel, que se encuentra en la zona con su hermano José Ángel, con José Domingo Climente y con José Ángel Campo.

Gobierno de Aragón ha confirmado cuatro ovejas muertas y una cabra en el ataque de oso, que podría ser Clavelina. 

El guarda que estado en la zona para comprobar si el ataque había sido del plantígrado ha visto huellas por donde pasaron los ganaderos con el rebaño -asegura Domingo Laplaza-, además de comprobar que las heridas en los animales son de oso.

Nos estaba siguiendo”, considera Laplaza y no le extraña porque ya llevaban tiempo viendo a las ovejas nerviosas. El lunes el oso mató dos, “pero cuatro o cinco días antes ya había acabado con una cabra y otras dos ovejas y otras dos en distintos días”, apunta. A todo ello suma que tres ovejas abortaron la noche pasada y una resultó herida en el cuello.

Oveja herida del rebaño que ha sido atacado por el oso en Hecho.
Oveja herida del rebaño que ha sido atacado por el oso en Hecho.

Según relata, los ganaderos dejaron las ovejas recogidas y cuando subieron al monte el martes descubrieron que el rebaño se había dispersado.

“Estaba partido en 7 u 8 grupos, muy lejos unas ovejas de otras, a dos o tres horas de camino. Además, te acercabas y salían corriendo; muy nerviosas. Estuvimos todo el día hasta que las pudimos reunir, y aún nos faltan, no sabemos dónde están”, afirma. Disponen de mastines y pastores eléctricos, pero “da igual”, dice.

Laplaza, quien cuenta que su hermano se topó con el oso en una ocasión, asegura que cada temporada al volver del monte les faltan “70 u 80 ovejas y más de media docena de cabras, y eso no es normal”, considera. Y según agrega, “nunca hemos cobrado por ninguna”.

Otro ganadero de la zona, Antonio Casajús, también está muy preocupado. En esta ocasión no le ha tocado a él, pero afirma que, desde hace tres años, entre el 6 y el 9 de septiembre su rebaño sufre ataques. Contabiliza en este tiempo 60 ovejas muertas “más 120 abortos”.

“Esto es un sinvivir, un desastre total”, afirma. “Que todos los ganaderos de la zona tengamos que andar así por una osa… Vale más el dinero que se invierte en ella que lo que significa para esta zona que esté aquí”, valora.

Destaca la gran pérdida económica que supone para ellos la presencia de la osa, “y como las líneas de ayudas son para todos, consiguen que llegue el dinero a muchos que no tienen el problema y nos dejan sin voz a los que sufrimos los ataques y tenemos que subir todos los días”, lamenta Casajús, quien ahora solo tiene ganas, afirma, de "bajar a tierra plana y olvidarme del oso".

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