Pablo Ciprés, el fugaz alcaldable de Vox se va "por dignidad"

Antonio Laborda será el candidato después de las maniobras orquestales en la oscuridad del partido

22 de Marzo de 2023
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Pablo Ciprés, el fugaz candidato a la alcaldía de Huesca por Vox
Pablo Ciprés, el fugaz candidato a la alcaldía de Huesca por Vox

Que Vox es un partido impredecible queda fuera de toda duda. No hay más que ser mínimamente observador de la convulsa historia reciente de nuestro país. Que alberga querencias jacobinas hasta el extremo tampoco admite demasiada discusión. Que, además, es desestructurado pese a su rigidez lo ha puesto de manifiesto la historieta de la candidatura a la Alcaldía de Huesca.

Hace un mes, por las 'artes' que fueran, fue despojado de la Presidencia del Comité Ejecutivo Provincial Rafael Pedraza, cuyo vicepresidente era Pablo Ciprés Ara. Como cuando al que fuera sobrio pero cotizado banderillero se le colaba un toro por debajo del capote con el peligro consiguiente. Muchos kilómetros después de trabajar por la causa, quedaba desairado.

La sucesión por Fermín Civiac rápidamente tuvo una repercusión. A Pablo Ciprés le marcaron las cartas: vamos a aglutinar las dos "familias". Los partidos nuevos se han aprendido el viejo lenguaje. Y las antiguas prácticas. El vencedor impone las normas: "Cinco de su familia y yo sólo de la mía". Ciprés no quería quedar huérfano. "Yo no era yo, sino un equipo del que era la cabeza visible". Vamos, una cuadrilla en la que el candidato era el que apuntillaba (en sus remembranzas taurinas). De hecho, el Pablo Ciprés de plata apenas levantó con la puntilla un toro (quizás unos pocos más) en su carrera, y fue en Huesca a Tomás Luna. Hay amores que matan.

El día 11 de marzo, dos días después de haber participado como alcaldable de Vox en el encuentro sobre los trenes de cercanías de Huesca Suena (al que acudió, por cierto, desasistido absolutamente por su partido en todos los sentidos del término), presentó su dimisión a Civiac. "Era una pena, porque tenía un equipo magnífico, un empresario, una profesora... Habíamos trabajado codo con codo con la ilusión de hacer algo importante por Huesca, de tener una presencia relevante en el ayuntamiento".

Pablo Ciprés esperaba algún tipo de quiebro pero los nuevos rectores de Vox iban de frente, sin salirse una línea de los tercios del albero. Los morlacos fueron los sacrificados. Llegaron los maestros nacionales, los Garriga, Buxadé y Cabanas. Decidieron encarar la suerte final y dieron la estocada, paradójicamente sin citar a los afectados. En el volapié, no había nadie. Ni tampoco explicación.

Se ha quedado la nueva cuadrilla: Fermín Civiac, David Arranz, José Luis Rubió, Carlos Bermejo, Beatriz Oliván y Antonio Laborda. Y los sacrificados, dolidos, que no resabiados, tan sólo conocedores de los "engaños" a los que no han de acudir. Y la faena se ha consumado. Antonio Laborda repite como candidato y Vox ha consumado el esperpento. Un estoconazo en lo más alto, o según como se vea el hierro ha atravesado las partes blandas en un bajonazo..

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