El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha iniciado la retirada de antiguos pluviómetros de gran tamaño, conocidos como totalizadores, que fueron instalados en zonas de alta montaña del Pirineo durante décadas pasadas y que hoy son equipamientos obsoletos. Los trabajos se enmarcan en un proyecto de conservación ambiental financiado con fondos europeos Next Generation EU.
Estos instrumentos, utilizados antaño para medir la precipitación acumulada en lugares de difícil acceso, han quedado en desuso y su deterioro progresivo ha generado residuos como hierro, hormigón, plásticos y cemento, que "impactan en el paisaje y suponen un riesgo para personas y fauna", se apunta desde el parque, que lo definen como “basura histórica”.

Actualmente, se está procediendo a eliminar tres totalizadores ubicados en la Zona Periférica de Protección del Parque, concretamente en los parajes de Lapazosa, La Munia y Chinipro. Dos de ellos convertidos en amasijos de hierro, mientras que el tercero seguía en pie. Esta acción se suma a la retirada, en 2024, de otro totalizador en Millaris, ya dentro de los límites del Parque Nacional.
La intervención se realiza de forma manual, utilizando herramientas como radiales para desmontar las estructuras. Posteriormente, las piezas se introducen en sacas que son transportadas en helicóptero hasta puntos de carga accesibles para vehículos, desde donde se trasladan a un punto limpio para su correcta gestión.

Los totalizadores un tipo de pluviómetro de gran tamaño, diseñado para zonas de alta montaña, donde no es posible realizar lecturas diarias de forma manual. Su misión era registrar el volumen total de precipitación acumulada durante largos periodos, como una estación o incluso un año completo.