¿Conocías la historia viva de nuestro barrio y a las personas y figuras históricas que han dejado huella en él? ¿Estabas al tanto de los valiosos patrimonios y tesoros históricos que poseemos en nuestro vecindario? ¿Te habías preguntado sobre los misterios y leyendas que encierran nuestras calles, edificios y monumentos?
Todas estas preguntas figuraban en la octavilla buzoneada recientemente en el Perpetuo Socorro, octavilla en la que "Un Barrio Contado" y "BarrioFest" invitaban a la ciudadanía a pasear por él, con el objeto de conocer en profundidad su entorno. Pues, ese soleado domingo de junio, la cita fue en la Iglesia del lugar. Cerca de una veintena de personas acudieron a la llamada de María Jesús Otín Pueyo, promotora del proyecto "Un barrio contado" de Barriolab.
Tras realizar una serie de consideraciones acerca de la Iglesia (1964, año de construcción, una planta única, torre cuadrada, etc.), señaló el Barrio como nacido en los años 50 a raíz de los Pactos de Toledo Franco-USA, que implicaron una industrialización del país y la necesaria concentración de mano de obra en lugares cercanos a fábricas y talleres.
En su paseo, se refirió a las casas bajas, primera construcción-tipo realizada para empleados del acuartelamiento y desplazados forzosos de la Catedral por las expropiaciones hechas para la construcción del palacio episcopal.
Parando un momento su relato descriptivo, nos indicó que el término Barrio Corea viene de la distancia, agravada por la existencia de un río y puente separadores, con respecto a la ciudad. Afirmó que esto viene de la guerra de Corea y que hace referencia a la lejanía del lugar. También mencionó que hay muchos "Barrio Corea" en muchas ciudades españolas.
Una vecina complementó indicando que La Caixa estaba preparando una exposición sobre ese tema, y que la asociación vecinal la había solicitado. Se centró después en el colegio Pío XII, al que definió como primo hermano del Juan XXIII, y alabó su radicalidad en la calidad de la enseñanza.
Llegamos al parque Joaquín Roig Galindo, una zona verde abandonada. El nombre Joaquín Roig proviene de un músico violinista ya con 9 años, coetáneo de Ramón Acín, a quien sirvió de modelo. Paramos junto a la fuente del parque, con un chorro de agua proyectado a tanta altura que sería visible desde muchos puntos de la ciudad. Funcionó solo un día.
Pilar se detuvo junto a la peana que sustentó el busto (robado al poco de ser colocado) de Felipe Coscolla, del cual hizo una breve biografía que terminó en el asesinato a manos de un empleado.
El Centro Santiago Escartín Otín dio pie a la guía para referirse a este hombre que, junto con un equipo, inició el movimiento vecinal, reivindicando cosas tales como el derribo del muro del hospital, luz, arbolado o pavimentación.
Se refirió, en otro momento del paseo, al llamado Barrio Pamplona, y a las llamadas "casas aguinaldo" ya que fueron donadas. Dedicó un buen rato al que llamaba Tozal de Las Mártires. Leyendas y mitos, cuerpos incorruptos y luces "divinas" que salían de los lugares de entierro. Hoy, lugar de homenaje a tantas personas asesinadas, sin nada de magia ni misterio para relato posterior, en los años oscuros del siglo pasado.
Una vecina indicó que se reivindicaba la explanada anterior a dicha área como zona de turismo en ruta. Llegado el grupo a la rotonda Lucas Mallada, una sucinta biografía del sabio prologó la historia de la iglesia de Santa María In Foris, edificada sobre una antigua mezquita y sede de la cofradía de tejedores.
También fue cárcel de la Inquisición y lugar de ejecución de la bruja oscense Gracia Carbonte, ajusticiada en 1525. Y, para continuar, lugar de hallazgo de 700 esqueletos enterrados en cal viva, posiblemente a causa de la peste.
La actual escuela oficial de idiomas, antiguamente maternidad llevada por las hermanas de Santa Ana, su conversión a lo que es hoy, su cambio de nombre por el de Sol Acín y diversas consideraciones más, ocuparon su tiempo hasta que, nuevamente, volvió a sumergirnos en la leyenda.
Barranco del Diablo y puente del Diablo, denominaciones que indicaban la existencia de tal ser que mandaba de un lugar a otro a las almas hasta dirigirlas al salto de Roldán donde un grupo de francotiradores les disparaban con balas de cera bendita. Balas de gracia, se supone porque cuando un alma es alcanzada tiene una segunda oportunidad de salir del purgatorio.
El monolito a Sancho Ramírez y el paso por las puertas del Parque del Encuentro nos acercaron al final del paseo. Para ello, antes habríamos de saber un poco de la historia de Rafael Salillas (placa camuflada por los rigores del tiempo), hombre al que se le atribuye la paternidad de la criminología actual y de Valentín Gardeta, arreglista de los sones de las dances para ser interpretados por orquesta.
Terminamos junto a las balsas de Chirín, reconociendo absolutamente la procedencia del nombre. Aventuró la guía alguna hipótesis acerca del apellido o apodo del dueño del molino de aceite allí ubicado. Y, entre aplausos, terminó el paseo.