Pedro Arrojo, relator de la ONU de los Derechos al Agua Potable y al Saneamiento, ha advertido de los problemas que puede ocasionar el uso excesivo de purines y otros abonos y ha animado a los altoaragoneses a denunciar cualquier situación que incumpla las atribuciones que él vigila.
Arrojo, Premio Goldman 2003 -el premio Nobel del medio ambiente-, ofreció recientemente una conferencia en Huesca, invitado por la Universidad Ciudadana, en la que explicó cuáles son sus funciones como relator independiente de Naciones Unidas. El único español que ostenta este cargo fue seleccionado por la ONU para que le asesore y dé seguimiento a esos asuntos ante los gobiernos y la opinión pública.
Su trabajo consiste en presentar dos informes temáticos anuales y defenderlos ante el plenario del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que tiene su sede en Ginebra. Allí se encuentra también su equipo, con el que conecta regularmente a través de internet.
A mediados de septiembre, presenta otro trabajo ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York y realiza una visita de dos semanas a otros tantos países del mundo, a las que siguen sus correspondientes informes. Posteriormente, se debaten ante el Consejo de derechos humanos.
Y para completar su misión, el relator debe atender la oleada de quejas que le llegan. "Por ejemplo -dijo-, si los purines pueden atentar contra los derechos humanos al agua potable y el saneamiento".

Así, cuando el relator detecta en lo que le dicen los movimientos sociales o un ayuntamiento que hay alguna irregularidad que está quebrando los derechos humanos que le toca vigilar, su obligación es primero dirigirse a los gobiernos que son sus interlocutores para decirles qué problema ha detectado y de qué pruebas dispone. "Les pido más información, les llamó la atención sobre esto y les hago determinadas recomendaciones", explicó.
Después, debe esperar dos meses para dar tiempo al gobierno a responder, y pasado ese tiempo tiene libertad para dar opinión en ese país y a nivel mundial.
Según comentó, hace cinco o seis meses envió la única carta de alegaciones que ha remitido al Gobierno de España sobre un problema que ustedes pueden tener por acá, manifestó refiriéndose a los purines.
"La prioridad del uso del agua es primero el de boca, segundo el agrario, tercero el industrial y de servicios, pero en la práctica se les da prioridad a los usos productivos, sean de regadío, ganadería, industria o turismo"
Arrojo indicó que, junto a esa prioridad de facto, se ha detectado una sobreexplotación del acuífero que estaba sirviendo para dar de beber a los pobladores en muchas zonas españolas, como Doñana, la región granadina de Baza, zonas de Murcia, Castilla León y de Castilla La Mancha.
Y agregó que, en España, se estima que hay "más de un millón de pozos ilegales" de agua. "Imaginen que yo les hablo de un millón de asaltos a bancos -observó-. Eso es una vergüenza. En Túnez, el gobierno me confesó que el 60% de los pozos son ilegales permitidos. Aquí, el regadío es legítimo hasta que pone en riesgo el acceso al agua potable de la población".
El relator lamentó que en España, como es un país rico, cuando el agua está contaminada se trae de más lejos o se produce una depuración más intensiva, pero "lo paga la gente" y no quien ha causado el problema.
"Es muy frecuente que los purines, los abonos usados en exceso, trazas de pesticidas, plomo, mercurio o arsénico, rompen la potabilidad del agua -denunció-. Podemos seguir bebiendo, porque el agua sabe normal, está clarita, no te da una diarrea como cuando está contaminada con bacterias. Si nos estamos envenenando poco a poco con contaminantes que no saben a nada, estamos quitando décadas de vida a nuestros hijos o los estamos condenando a vivir equis tiempo con enfermedades progresivas.
En el caso de los metales pesados, la situación es mucho más grave, porque no son eliminados por el organismo y se acumulan en los tejidos "El 30% de la población peruana se contamina diariamente con metales pesados", comenzó a explicar Arrojo, pero tuvo que detenerse unos segundos para recuperarse de la emoción que le provocaba esta dolorosa situación. "Once millones de personas, generalmente campesinos indígenas, se contaminan en Perú todos los días. No he llorado tanto en mi vida como en los 15 días que estuve. Venían sobre todo las mujeres con análisis de sangre de sus hijos con metales pesados. He estado envenenando a mi hijo sin saberlo durante 4 años y no sé qué hacer para no seguir envenenándolo. Y yo lloraba con ellas, qué podía hacer"
Al respecto, declaró que ha preguntado a Naciones Unidas "cómo se llama ese crimen", que no es un genocidio, porque no hay voluntad de matar, pero lo están haciendo. "Es la minería a cielo abierto, que contamina con metales pesados los ríos, las vacas, los tomates. Eso no puede seguir pasando y ocurre en media África, Asia y tres cuartas partes de América Latina".
Pedro Arrojo subrayó que traer el agua de más lejos porque la que tenemos cerca está contaminada no es cumplir con las obligaciones de los derechos humanos al agua potable. "No vale decidir comprar agua embotellada a 1000 euros el metro cúbico. Si ustedes creen que no se están cumpliendo los derechos humanos, reclámenlo", insistió.
CIENCIA, RAZÓN Y EMOCIONES
Miguel Escartín y Elisa León, de la Universidad Ciudadana, tomaron la palabra al comienzo del acto, para realizar una pequeña semblanza de Pedro Arrojo y recalcar el legado que ya hace años dejó en esta tierra. "Aprendimos todos ese equilibrio tan difícil de conseguir a veces entre la ciencia, la razón y las emociones. Nos enseñó que era necesario defender el tema del agua y que había además razones científicas para hacerlo".
Elisa León señaló que, a veces, se tiene la impresión de que "la gente de la Universidad" no se implica lo suficiente en los asuntos que afectan a los ciudadanos en general. "Perico, durante toda su vida, nos ha demostrado, y por eso nos emociona tanto tenerlo aquí, que es posible ser un estupendo científico y participar, de la manera tan extraordinaria que ha participado, en los movimientos sociales".
"El agua es el alma azul de la vida y los ríos, parte de la esencia de un territorio"
Arrojo respondió a sus palabras explicando cómo comenzó a trabajar en estas cuestiones. Físico de formación, acababa de realizar la tesis doctoral en Ingeniería, pero se dio cuenta de que lo que le interesaba era la economía y y empezó a estudiar la rentabilidad de los grandes embalses. Después, "la gente de Biscarrués" le pidió que analizara su caso y también empezó a ir por el Pirineo. "La gente de la montaña es encantadora, pero reservada. Tardas en ganar su confianza. Muchos sufrieron la experiencia de haber visto su pueblo inundado, desaparecido, borrado del mapa. Un día se sueltan a hablar. “Siempre, siempre, siempre, antes de hablar, lloran".
"Yo creo que el agua es la confluencia de muchas cosas que son lo racional y lo emocional, porque el agua es el alma azul de la vida y los ríos son parte de la esencia de un territorio. El agua es el alma azul de la vida y los ríos son parte de la esencia de un territorio”.
Pedro Arrojo explicó que, cuando realiza un estudio, se sitúa siempre "al lado de los derechos humanos, de la sostenibilidad de los sistemas, del lado de la justicia" y en ese sentido, no es imparcial. "Creo que son valores básicos, democráticos, pero cuando hago los cálculos soy muy cuidadoso, porque sé que me los van a mirar con lupa y hacen bien. Creo que mis trabajos han sido rigurosos”.
Y relató otra anécdota. Tenía una "furgoneta de conferenciante", que luego le quemaron, y viajó con ella a Boltaña. Llenó un espacio y, además, el resto de la comarca estaba escuchando sus palabras a través de Radio Sobrarbe. Cuando finalizó, alguien le dijo que había sido muy importantes sus palabras. "Nosotros sabíamos que teníamos derecho a lo que estábamos diciendo, pero es que ahora sabemos que tenemos razón y eso nos hace más fuertes”.
Dieron las gracias a la Universidad, creyendo que Pedro Arrojo la representaba, aunque no era así. "Tenían la necesidad de que una institución como la Universidad se comprometiera a escuchar y a rendir servicio", explicó.

Entonces, Pedro Arrojo se dirigió a su auditorio del Casino de Huesca: "A mí me habéis dado prestigio, porque me habéis enseñado mucho. Casi todo lo que he aprendido, lo he aprendido de vosotros”, aseguró con emoción.
A punto de finalizar la conferencia, reveló que a menudo le preguntan si no se siente frustrado al no poder cambiar las cosas. "Sí, lloro también, me desahogo como buenamente puedo", pero aun admitiendo que la ONU está lejos de lo que debería ser y que si no existiera habría que volver a fundarla lo mejor posible, su papel de relator "puede ayudar a dar mayor visibilidad a los problemas, a los incumplimientos y a los riesgos, y empoderar a los movimientos sociales, que suelen dar muchos argumentos, que suelen ser los motores de los cambios, tarden más o menos".
La ONU, según refirió, tiene capacidad política y moral, pero no la de hacer cumplir esas obligaciones internacionales que son los Derechos Humanos. Son los gobiernos los que sí tienen ese poder, pero al mismo tiempo son juez y parte. No obstante, cuando un Estado acepta una recomendación, se convierte en una obligación para él.
Pedro Arrojo fue designado como relator por un mandato de tres años y el Consejo de la ONU ha acordado que continúe otro mandato más, el máximo tiempo previsto para esta función. "Para mí es un gran honor; muy desbordante, pero también muy ilusionante. Me encuentro con mucha gente lúcida, generosa, que no va a ganar nada con esa lucha más que su conciencia y la consecución de algo justo. Y en ese privilegio de conoceros, de encontraros, yo genero gran parte de mis argumentos de felicidad en mi vida", proclamó.
22 DE MARZO, DÍA MUNDIAL DEL AGUA
El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua y, por primera vez en 50 años, la ONU ha convocado una Conferencia Mundial del Agua, que se celebrará los días 22, 23 y 24 de este mes. Hasta ahora, este tipo de encuentros los promovía el sector privado, el Foro Mundial del Agua. Al mismo tiempo, se está alentando un movimiento mundial de defensa y derechos del agua y de los ríos, que reivindica que sean considerados sujetos de derecho. Por iniciativa del propio Arrojo, se ha elaborado el Manifiesto por la justicia hídrica, para el que se piden todo tipo de adhesiones.
"Que no pase el 22 de marzo inadvertido en Huesca -pidió Pedro Arrojo-. organizad algo, tened ese cable conectado con lo que va a pasar en Nueva York".