Pepón y Sandalio, dos machos adultos de perdiz pardilla, ya están aportando sus primeras localizaciones en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, a través de los pequeños emisores que les fueron colocados en mayo. Ambos ofrecen una información crucial para la conservación de la especie.
La actuación, que forma parte de las acciones de seguimiento ecológico del Parque Nacional y cuenta con financiación europea, se llevó a cabo a comienzos de mayo en la estiva de Añisclo. Como explica el Parque Nacional de Ordesa, se utilizaron jaulas trampa con perdices pardillas en su interior, cedidas por el centro de cría de Esterri d´Aneu, de la Generalitat de Cataluña, para que sus reclamos atrajeran a las pardillas de la zona.
Previamente, se recorrió el área de estudio durante varias jornadas para detectar su presencia y buscar evidencias, como plumas o excrementos. Tras dos semanas, se logró capturar y equipar con emisores a Pepón y Sandalio, dos machos adultos que ya están aportando sus primeras localizaciones en el Parque Nacional.
Los emisores pesan apenas 7 gramos y permiten incorporar las últimas tecnologías a los trabajos de seguimiento ecológico. “Aportan valiosa información sobre el uso del espacio, áreas de alimentación y refugio, zonas de nidificación, movimientos estacionales y concentraciones de bandos invernales, entre otras. Esta información es crucial para la gestión y conservación de la especie”, explican desde el Parque Nacional.
La perdiz pardilla es una especie nativa de Europa, Asia occidental y central. En España, la subespecie hispaniensis habita en áreas montañosas de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y los Pirineos. Se considera amenazada y “en peligro de extinción” la población del Sistema Ibérico.
Ocupa laderas pedregosas y herbosas en ambientes supraforestales, entre los 1.800 y 2.000 metros, donde se alternan mosaicos de matorral y pastizal.
Desde el parque agradece la colaboración del Gobierno de Aragón y de la Generalitat de Cataluña por hacer posible este trabajo, al centro de Esterri d´Aneu por ceder las perdices, al ornitólogo Juan Carlos Albero y equipo de seguimiento ecológico del Parque Nacional.
Esta actuación, asimismo, da continuidad a otros proyectos recientes de investigación y conservación de la especie en el Pirineo, como el Proyecto Gallipyr “Red Pirenaica de Galliformes de Montaña”.