La plaza General Alsina ha aparecido sembrada de cascotes en varias zonas debajo del escenario de actuaciones musicales, donde se aprecian en los escalones de piedra algunas oquedades fruto presumiblemente de la acción humana, esto es, de un más que previsible vandalismo.
Junto al cuadro de la Campana donde Ramiro el Monje se dedica a impartir justicia a su manera, se observa una hilera de piedras que pueden ser fruto de la violencia con la que los presuntos bárbaros habrían conseguido arrancar los trozos pétreos.
La Policía Local ha sido advertida de esta circunstancia y esta tarde va a acudir para buscar indicios que esclarezcan la comisión de alguna falta. Posteriormente, las brigadas municipales asistirán a retirar los restos y el Ayuntamiento habrá de evaluar la reposición de los sillares de las escaleras.
La única buena nueva es que el muro dibujado con el Cuadro de la Campana está absolutamente impoluto, Con Ramiro el Monje, los nobles levantiscos continúan intactos e íntegros, testigos mudos e incomunicados de la tropelía de algunos desalmados.