La Policía Local de Huesca intervino la madrugada del sábado 11 de octubre ante la tentativa de comisión de un acto vandálico por parte de una persona con material suficiente para realizar grafitis en la ciudad.
Tras recibir una alerta a la sala 092 sobre la presencia de un ciclomotor con una actitud sospechosa, una patrulla de la Policía Local se personó en el lugar e interceptó a un joven que acababa de realizar un grafiti en una propiedad privada, obviamente sin autorización alguna para acometer esa pretensión.
El joven iba perfectamente pertrechado para realizar varios grafitis y el hecho de que se moviera en ciclomotor hace pensar en la posibilidad de que se moviera por la ciudad para acometer más "trabajos" de este tipo en diferentes lugares. Durante la actuación de los agentes de la Policía Local, se le intervino además una bolsa con numerosos sprays utilizados para la realización de grafitis.

El capítulo IV Sección Primera de la Ordenanza de Convivencia de Huesca, en el artículo 31, explicita que "los grafitos, las pintadas y otras conductas de ensuciamiento y afeamiento no sólo devalúan el patrimonio público o privado y ponen de manifiesto su deterioro, sino que principalmente provocan una degradación visual del entorno, que afecta a la calidad de vida de los vecinos o vecinas y visitantes".
En el 32, indica que, además de la prohibición en espacios públicos, cuando el grafito o la pintada se realice en un bien privado que se encuentre instalado de manera visible o permanente en la vía pública, se necesitará, también, la autorización expresa del Ayuntamiento".
En el régimen sancionador, se abunda en que se tratará de infracciones graves cuando se efectúen "en las fachadas de los inmuebles públicos o privados colindantes, salvo que la extensión de la pintada o el grafito sea casi inapreciable".
Según la tabla de sanciones de la propia Ordenanza, realizar grafito o pintada apreciables en fachadas de inmuebles se sustancia entre 750,01 y 1.500 euros.