uince personas de nacionalidades albanesa, española y dominicana, con edades comprendidas entre los 23 y 65 años, han sido detenidas en las provincias de Huesca, Barcelona, Girona y Tarragona por su implicación en una organización criminal dedicada al cultivo indoor de cannabis.
Cuatro de los arrestados fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Barbastro, que ordenó prisión sin fianza para los dos principales líderes de la red. Los otros dos comparecieron en libertad con cargos, y los once restantes serán citados próximamente por la autoridad judicial.
La operación ha sido llevada a cabo de forma conjunta por la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca y por agentes de la Divisió d’Investigació Criminal de Mossos d’Esquadra de la Regió Policial Metropolitana Nord, en el marco de la Operación LOGRAU-AQUA.

La investigación comenzó en octubre de 2024 en la provincia de Huesca, tras la detección de una vivienda en la comarca del Somontano empleada como plantación intensiva de marihuana.
A partir de este punto, los agentes identificaron a personas, vehículos y empresas pantalla que alquilaban viviendas y naves destinadas al cultivo clandestino. Las primeras pistas permitieron seguir el rastro de los implicados hasta Cataluña, donde residían los principales responsables de la red.
A lo largo de los meses, la Guardia Civil de Huesca trazó el funcionamiento interno de la organización criminal dedicada al cultivo indoor de cannabis en Aragón y Cataluña, una estructura jerarquizada con capacidad logística, económica y técnica para operar a gran escala.

Gracias a la coordinación con el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), se unificaron los esfuerzos con los Mossos d’Esquadra de Granollers, que investigaban la misma red desde Cataluña.
El pasado 17 de junio, y con autorización judicial de los juzgados de Barbastro y Granollers, se llevaron a cabo 13 registros simultáneos en Huesca, Barcelona, Girona y Tarragona, donde fueron detenidos los líderes del grupo junto con el resto de miembros.
Durante los registros, se incautaron 4.765 plantas de cannabis en estado avanzado de floración, 1 kilo de hachís, 26 kilos de polen de hachís, 17.000 euros en efectivo y una arma corta simulada.
Los investigadores estiman que la organización tenía capacidad para obtener más de 4 millones de euros al año en beneficios por tráfico de estupefacientes, y que habría causado una defraudación del fluido eléctrico superior a los 500.000 euros mediante conexiones ilegales a la red.
La operación se considera un éxito absoluto por parte de la Guardia Civil de Huesca, ya que la investigación se inició en esta provincia y ha permitido el desmantelamiento completo de una red criminal activa en todo el noreste peninsular, asentada especialmente entre el Somontano oscense y Cataluña.