Un profundo sentimiento y una simbología rotunda se ha congregado en la iglesia primero y en la plaza Valle de Tena para rendir homenaje a los guardias civiles José Ángel de Jesús Encinas e Irene Fernández Pereda, asesinados por ETA en la madrugada del 20 de agosto de 2000. Justo hoy hace veinticinco años, se convirtieron a todos los efectos en héroes y mártires civiles.
Los actos han comenzado con una misa al término de la cual los sallentinos (representación festiva de la juventud) han entregado sendas placas a las familias de los guardias civiles toledano y asturiana, respectivamente, abatidos con un coche-bomba en la madrugada del verano de Sallent de Gállego. Tenían 22 y 32 años respectivamente.
Posteriormente, el Ayuntamiento ha puesto el nombre de los asesinados a una calle cuya placa ha sido descubierta esta mañana, en medio de una serena emoción entre los familiares. Es la vía donde está ubicado el cuartel de la Guardia Civil. Junto al alcalde, Jesús Gericó, han participado en los actos el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán, el consejero de Hacienda e Interior del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, el subdelegado del Gobierno, Carlos Campo, y autoridades de la Guardia Civil y militares. El programa ha concluido con la ofrenda floral en el lugar del asesinato.
El alcalde de Sallent de Gállego, Jesús Gericó, se ha preguntado en su alocución si la muerte en acto de servicio por España y por la paz de los españoles por los jóvenes guardias civiles ha merecido la pena vista la deriva posterior, con una "derrota policial pero no institucional como demuestran la alcaldía de Pamplona de Bildu o la influencia en la acción del Gobierno de España por los herederos de los etarras".
"Todos tenemos que ser conscientes de que una calle de Sallent lleva el nombre de los dos guardias civiles, que es un nombre que conlleva dolor para sus familiares y respeto y homenaje de los sallentinos para que no caiga en el olvido", ha agregado Gericó.
Roberto Bermúdez de Castro ha afirmado que "los que llevamos años viviendo en el valle de Tena no olvidamos ese 20 de agosto que recordamos con el pavor que teníamos aquel día. Cuando llegué después y vi lo que había sucedido, resultó impactante".
Ha afirmado el titular de Interior que cada 20 de agosto es imperativo "venir aquí sobre todo a acompañar a la familias que siguen viniendo 25 años después, acompañarles, ayudarles en el dolor. Y creo que es necesario que todos tengamos presentes lo que pasó aquí. Recordarlo, no olvidarlo. La gente tiene tendencia a olvidar aquella mañana aquí, y lo que pasó en España durante cuarenta años. Es bueno recordar la historia, reconocer lo que pasó y sobre todo condenar lo que hacía esta gente y no olvidarnos nunca de ello".
"Es importante que la gente no olvide lo que sucedía en España en esa época, que no olviden lo que hacían y quién lo hacían", por lo que es fundamental "recordar que estos dos jóvenes murieron por ser guardias civiles, por defendernos a todos".