San Hermenegildo, una bendición martirial para los veteranos del Ejército y la Guardia Civil

La Real Hermandad disfruta de la jornada de su patrón presidida por el obispo Ruiz Martorell en lo religioso y el general Vivas en lo castrense

13 de Abril de 2023
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Celebración de San Hermenegildo en el Cuartel Sancho Ramírez de Huesca

La Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil celebra este 13 de abril de 2023 la festividad de San Hermenegildo recordando al santo a través de una homilía oficiada por el obispo de Huesca, Julián Ruiz Martorell, y el capellán castrense, Alberto Catón, una posterior ronda de reconocimientos y el final de la parada militar con el homenaje a los que dieron la vida por España.

La Iglesia dentro de la División Castillejos ha congregado a un gran número de veteranos e invitados que han escuchado de boca del prelado las vicisitudes de Hermenegildo mártir, hermano de Recaredo e hijo de Leovigildo, convertido al cristianismo tras su enlace con Ingunda y contra la voluntad de su padre, que al cabo de un año aceptó la realidad y posteriormente le encarceló en Tarragona bajo la acusación de herejía. Tras negarse a tomar la comunión arriana, fue objeto de martirio y su sacrificio obró el milagro de que Leovigildo recomendara a Recaredo el cristianismo y en cuatro años todo el pueblo visigótico llegó a la unión a través de la fe de Cristo.

Ruiz Martorell ha recordado la confluencia de esta festividad con los días de la Resurrección del Señor, que es un antídoto contra el egoísmo  el aislamiento, contra el pesimismo, contra toda expresión "con cara de vinagre" como afirma el Papa Francisco. "Darse a los demás con fe, alegría y esperanza". Ha recordado la Lectura del día en la que Jesús consiente comer pescado frito para demostrar a los apóstoles que es él, resucitado. Un gesto de "convivencia y fraternidad, Cristo abre la mente y el corazón, y ha parafraseado a San Agustín para asegura que seremos dignos sólo si reclinamos la cabeza sobre el pecho del Señor.

Ha valorado el papel de los veteranos, modelos de sacrificio y de abnegación, de compañerismo y fraternidad, "compartiendo lo poco que se tiene o se es". Llega un momento en el que se acaba la etapa activa, "pero la vida adquiere un nuevo grado" con virtudes que "han quedado en el corazón y se comparten" para abrir el reto de una etapa fecunda. "Servir, acompañar, caminar". Las nuevas generaciones, ha agregado, "necesitan contactos con las raíces para compartir la sabiduría, y en este sentido la veteranía es una "estación de la vida para seguir dando frutos". "La felicidad es un pan que se come juntos", ha concluido citando al Papa Francisco.

RECONOCIMIENTOS

Tras la lectura de un poema a la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil y como reconocimiento a sus veteranos, se ha procedido a la entrega de distinciones comenzando por el general de Brigada José García de Frías y el socio José Luis Sánchez Fuentes.

Además de estas medallas, se ha entregado sendos diplomas a Fernando Rodríguez Bara y a una sorprendida María Jesús Sanvicente, por la colaboración con las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil a través de su emblemático establecimiento de Ultramarinos La Confianza.

Ha cerrado el acto la alocución del presidente de la Hermandad, el coronel Jaime Manuel Marqueta, que ha comenzado agradeciendo la homilía del socio de honor y obispo, Julián Ruiz, y al general jefe del acuartelamiento, José Manuel Vivas, por su hospitalidad.

Ha enviado un saludo del presidente nacional, Santiago Bolívar, y ha expresado su satisfacción. "Otra vez estamos en el Cuartel. Es como volver a sentir el calor de la milicia. Será siempre nuestra casa y así seguiremos viniendo cuando se nos llame".

Sin citarlos, ha afirmado que lamentan la larga lista de compañeros y amigos fallecidos, y ha nombrado sólo al recientemente fallecido teniente coronel Gregorio.

Las decenas de participantes, algunos miembros de la Hermandad, otros invitados, han sentido la emoción que siempre impregna la parada y el homenaje a los Caídos por España, especialmente tronante cuando el capellán castrense ha pronunciado la fórmula: "El Señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna les otorgue la vida que no acaba en feliz recompensa por su entrega. ¡Que así sea!".

Finalmente, una comida campera, típicamente militar, sin más lujo que la buena conversación y el excelente ambiente, los muchos recuerdos y el deseo de que ese cielo hoy movido por el viento se presente muchos San Hermenegildo más.

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