El Grado vive estos días una de las operaciones técnicas más delicadas que pueden realizarse en una presa. Desde noviembre, un equipo de seis buzos especializados desciende a 50 metros de profundidad para preparar el desagüe de fondo del embalse, un trabajo imprescindible que permitirá sustituir y reparar las compuertas del túnel derecho y cumplir con la normativa vigente de seguridad.
En 2016 se detectó un problema técnico en las compuertas del desagüe de fondo que obligó a actuar con urgencia. “En 2017, mediante una obra de emergencia, se arregló el desagüe izquierdo y ahora se está trabajando en el desagüe derecho”, ha explicado Raimundo Lafuente, adjunto al director técnico de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y director de los trabajos, quien ha estado acompañado de Javier Saura, también ingeniero encargado de la obra. El objetivo es garantizar que todos los elementos de la presa puedan funcionar en cualquier circunstancia, tal como exige la normativa aprobada en 2021.
Para hacerlo posible, los buzos llevan semanas enfrentándose a una intervención delicada y fundamental. Desde el fondo del embalse colocan unos grandes escudos protectores aguas arriba de la cámara de compuertas. Su instalación es lo que permitirá, posteriormente, trabajar “en seco” dentro de las galerías interiores del desagüe. Una vez aislado el túnel, se actuará sobre sus dos galerías, cada una con dos desagües, y sobre las tres compuertas en serie que contiene cada tubería: las superiores se retirarán, las inferiores se repararán y las centrales serán sustituidas por nuevas piezas. Completado este proceso, los conductos se blindarán y todo el conjunto quedará cubierto por hormigón.

La intervención es compleja, pero fundamental para el funcionamiento del sistema. El desagüe de fondo es la herramienta clave para laminar las avenidas del río Cinca, una operación que se ha vuelto habitual en los últimos años. De hecho, cuando en otoño de 2024 se adjudicaron las obras del túnel derecho -con una inversión de 4,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses-, las crecidas del Cinca obligaron a que el embalse priorizara la laminación de avenidas antes que la obra. Las mismas circunstancias se repitieron a final de 2024 y durante los primeros meses de 2025.
Tampoco la primavera ni el verano permitieron intervenir: en esos meses, la campaña de riego exige disponer de toda el agua posible del sistema El Grado–Mediano. Solo ahora, en pleno invierno, se ha podido abrir una ventana de trabajo lo suficientemente estable como para iniciar esta operación de ingeniería subacuática que, una vez finalizada, devolverá al túnel derecho su plena capacidad.